Un equipo de investigadores del
Idibaps y del
Hospital Clínic de Barcelona ha identificado un talón de Aquiles del
linfoma del manto, uno de los linfomas más agresivos. Esta vulnerabilidad sirve para
nuevos tratamientos potenciales.
El estudio se ha publicado en el
Journal of Clinical Investigation y sus autores principales son
Roberto Albero y
Pedro Jares, del grupo de investigación de
neoplasias linfoides del Idibaps, encabezado por Elías Campo.
El linfoma de células del manto representa entre el 2 y el 5 por ciento de todos los linfomas y los tratamientos que existen hoy en día ofrecen resultados muy limitados.
El gen de la ciclina D1
El origen de la enfermedad se encuentra en el gen de la
ciclina D1, conocido porque regula la
división celular. Si está alterado, sin embargo, provoca una producción anormalmente elevada de la proteína ciclina D1, que estimula la división celular y el crecimiento de las células, dando lugar al linfoma.
Un inhibidor de la copia del ADN a ARN a dosis bajas podría ser letal para las células cancerosas
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Los investigadores han descubierto que la ciclina D1 está implicada en otro proceso básico para que la maquinaria celular funcione correctamente: el
mecanismo que copia la información de ADN al ARN. En las células del linfoma, la ciclina D1 hace que los niveles de ARN estén por debajo de lo normal.
Niveles reducidos de ARN
Esta característica puede aprovecharse para el diseño de nuevos tratamientos. Si los niveles de ARN se reducen en exceso, la célula puede morir. Las células del linfoma del manto y del mieloma que expresan ciclina D1 tienen niveles bajos de ARN, pero
suficientes para funcionar y dividirse a pesar de estar cerca del límite tolerado.
Al ver esta situación, los investigadores pensaron que un inhibidor de la copia del ADN a ARN, a dosis bajas, podría ser letal para las células cancerosas del linfoma y del mieloma
sin afectar a las células normales del organismo.
Futuras estrategias terapéuticas
Con esta idea, trataron células neoplásicas con los inhibidores de la copia de ADN a ARN y confirmaron que este tratamiento induce la muerte de las células, principalmente de las que tienen elevados niveles de ciclina D1.
Pedro Jares indica que los resultados “sugieren que la letalidad provocada por estos inhibidores se podría explotar el desarrollo de futuras estrategias terapéuticas
dirigidas contra la maquinaria de copia del ADN a ARN, particularmente en los linfomas con niveles más elevados de ciclina D1, que por otro lado son los más agresivos”. Otros tipos de tumores con niveles muy altos de ciclina D1 se podrían beneficiar de esta aproximación.
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