En los últimos años se ha asistido a un gran desarrollo en el área de los
linfomas, con un mayor conocimiento de su
biología, lo que repercute de forma positiva en el
diagnóstico y en el desarrollo de nuevas
dianas terapéuticas.
Así lo ha destacado la presidenta del Grupo Español de Linfomas y
Trasplante Autólogo de Médula Ósea (
Geltamo) de la Sociedad Española de
Hematología y Hemoterapia (SEHH),
Dolores Caballero.
“Gracias a estos avances, los linfomas son mejor clasificados y conocemos mejor su
pronóstico”. Caballero se ha expresado así durante el X Curso de Residentes en
Síndromes Linfoproliferativos, promovido por Janssen con el aval de Geltamo y del Grupo Español de Leucemia Linfocítica Crónica (Gellc).
El tratamiento homogéneo ha quedado atrás
El presidente de este grupo,
Francesc Bosch, también se ha expresado en esta línea. “Años atrás, los pacientes con enfermedades neoplásicas eran tratados de manera homogénea para después determinar los factores pronósticos”.
Bosch: "Los factores pronóstico que eran válidos para la quimioterapia han dejado de serlo con los nuevos fármacos"
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“Ahora es fundamental identificar
aquellos pacientes que con mayor probabilidad van a beneficiarse de un determinado tratamiento. Esto se hace a través de una adecuada estratificación de los enfermos mediante parámetros clínicos y biológicos”, ha agregado.
Bosch se refiere a los avances de la leucemia linfocítica crónica, la más frecuente en adultos y de la que se realizan 2.000 nuevos diagnóstico anuales en España. Se han producido mejoras en tres aspectos: un
mayor conocimiento de la potencial célula de origen, la definición del paisaje mutacional de la enfermedad y el desarrollo de terapias dirigidas a mecanismos esenciales de la biología de la enfermedad.
El desarrollo ha supuesto que “los factores pronósticos y predictivos de respuesta al tratamiento hayan evolucionado de tal forma que aquellos, que eran válidos para los pacientes tratados con quimioterapia, hayan dejado de serlo para los enfermos tratados con nuevos fármacos”.
Estratificación de pacientes y manejo de nuevos fármacos
A juicio del experto, los retos fundamentales para los profesionales en este campo son dos. El primero consiste en identificar y
estratificar a los pacientes con leucemia linfocítica crónica para determinar cuáles van a responder a los diferentes tratamientos de los que se dispone actualmente. El segundo desafío es aprender a manejar el uso de los nuevos fármacos.
En el campo de los linfomas, la cita ha dedicado atención al
linfoma de células del manto, un subtipo poco frecuente de linfoma con un pronóstico desfavorable que suele darse en personas de edad avanzada, con una media de 60 años, y en hombres especialmente.
Dolores Caballero ha asegurado que en los últimos años ha mejorado su diagnóstico y la identificación de grupos pronósticos y sus tratamientos. “Por ejemplo, se han aprobado
nuevas dianas terapéuticas para pacientes que recaen tras el tratamiento quimioterápico e inmunoterápico, favoreciendo su pronóstico”.
No obstante, los cambios en el entorno de las neoplasias hematológicas exigen una actualización constante por parte de los hematólogos en todos los avances en su campo. “La incorporación de nuevos fármacos en los linfomas obliga al hematólogo a tener un conocimiento óptimo que permita aplicar los tratamientos a los pacientes que se van a beneficiar”.
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