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"Las neoplasias por manipulación genética de CAR-T son inferiores al 1%"

Álvaro Urbano, director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología, analiza las demás causas que llevan a su aparición

Álvaro Urbano, director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología.

18 jun 2024. 15.00H
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La detección de neoplasias malignas secundarias en CAR-T por parte de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) ha hecho saltar las alarmas sobre el planteamiento y preparación de estas terapias avanzadas que más beneficios están generando hasta la fecha. Si bien es cierto que la preparación de estas CAR-T puede inducir a medio-largo plazo una neoplasia secundaria, desde el Hospital Clínic de Barcelona indican que es algo "muy esporádico" y a lo que se suman otros factores que pueden provocar la aparición de estas neoplasias.

España cuenta hasta ahora con cuatro CAR-T comercializadas en el territorio de un total de seis que han sido autorizadas por la Unión Europa y que están indicadas para ciertas neoplasias hematológicas. La agencia reguladora ha emitido un comunicado avisando de que, desde finales de 2023, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia (PRAC) ha llegado a evaluar 38 casos de neoplasias malignas secundarias, en su mayoría linfoma o leucemia de células T. Estos casos han sido notificados entre 42.500 pacientes que han recibido alguna de estas terapias.

Álvaro Urbano, director del Instituto Clínic de Hemato-Oncología, señala a este diario que, de los miles de pacientes que se han administrado CAR-T, esta segunda neoplasia causada directamente por la manipulación genética es muy inferior al 1 por ciento y que el beneficio que da en estos pacientes con enfermedades críticas con muy poca esperanza de vida, es "muy superior a estos casos tan esporádicos" inferiores al 1 por ciento.

"La causa es que la manipulación genética afecta a genes que tienen un potencial de cambiar el ritmo de proliferación y de división de la célula, y eso puede provocar un incontrolable ritmo de crecimiento. Pero dicho eso, también es cierto que este tipo de pacientes han recibido muchas quimioterapias que ya inducen cambios en los genes y que pueden dar lugar a segundas neoplasias. En este tipo de pacientes, las segundas neoplasias, por desgracia, no son infrecuentes porque han recibido medicamentos que directamente alteran también estos genes", remarca.

Causas a la aparición de neoplasias secundarias


El hematólogo señala que estos pacientes tienen su sistema inmunológico "muy disminuido y muy deprimido", porque han recibido tratamientos y medicamentos "que bajan mucho su sistema defensivo" y también por este motivo tienen una "alta incidencia" de segundas neoplasias.

Además, los pacientes con neoplasias linfoides B, que son "la inmensa mayoría de los pacientes que reciben un CAR-T", tienen una incidencia natural "cinco veces superior" de tener un linfoma de tipo T. "Es decir, después de la administración de un CAR-T, es fácil que una segunda neoplasia pueda causarse debido a la evolución natural de este paciente por la terapia que ha recibido, por la depresión o porque al ya desarrollar una neoplasia linfoide B tiene una probabilidad muy superior de tener una neoplasia linfoide T", explica.

"La mayoría de pacientes con neoplasias linfoides B tienen una incidencia natural cinco veces superior de tener un linfoma de tipo T"


Por ello concreta que, de todas estas neoplasias que aparecen después de la administración de la CAR-T, "habrá que estudiar con mucho cuidado si son debidas a la manipulación genética para la preparación de la CAR-T" o son, simplemente, porque son pacientes que, además, "viven más años por el propio CAR-T" y, por tanto, tienen más riesgo de desarrollar una segunda neoplasia: "Esto nos obliga a los médicos a que cada vez que veamos una segunda neoplasia, analicemos cuidadosamente si esto es por el CAR-T o es una segunda neoplasia que podría haber ocurrido reciba o no reciba la CAR-T".

Concretamente, en el Hospital Clínic han preparado CAR-T para 389 pacientes y el propio Urbano reconoce que, como la probabilidad es inferior al 1 por ciento, simplemente por probabilidad no han tenido estos casos de segundas neoplasias. "Sin embargo, cabe esta posibilidad y claramente estos avisos que se han dado nos obligan a que, en cada paciente que tiene una recaída de su enfermedad después del CAR-T o aparece una potencial segunda neoplasia, descartemos que no sea el origen por el propio CAR-T, aunque por el momento no hemos detectado ninguno", aclara.


Seguimiento exhaustivo a las CAR-T


Urbano señala que es difícil tratar de evitar que, desde los hospitales que administran CAR-T que ya vienen preparadas, vaya a más, más allá de estar "muy atentos" a las recaídas de la enfermedad. Pero en cuanto a la preparación de la CAR-T, hay métodos que pueden ser "menos proclives a desarrollar una neoplasia": "Se están analizando otras formas de integrar material genético en la maquinaria genética del linfocito T que puedan ser más seguras".

Aunque, por el momento, la que están empleando ahora es "de las más seguras" y la prueba es que menos del 1 por ciento de los pacientes desarrollan este tipo de problemas, y esto puede deberse a la quimioterapia, la hipopresión, la neoplasia linfoidea que tenía... "Es decir, que por la manipulación genética en sí, muy probablemente sea incluso inferior. Estos hallazgos, más que alarmar, están bien para estar atentos e intentar buscar un método incluso más seguro. Pero esta baja incidencia habla de lo relativamente seguro que es este procedimiento y de la cantidad de vidas que está salvando, que claramente hace que el riesgo-beneficio sea muy a favor de continuar con ello", concluye.
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