Retener el estado de las células madre para que se conviertan en una fuente de trasplante, hasta llegar a regenerar todo el
sistema hematopoyético de un paciente, es uno de los objetivos que el
Hospital del Mar se ha propuesto conseguir. Tras descubrir la implicación de una proteína en la regulación de los genes relacionados con las
células madre en tejidos, se comprobó en ratones la capacidad de las
células madre hematopoyéticas de convertirse en células sanguíneas maduras. Ahora, el siguiente paso que quiere dar el hospital es el de seguir ideando estrategias que permitan generar en el laboratorio este tipo de células y buscar fórmulas para inducir un
estado de quiescencia y de inactividad, hasta llegar al ensayo clínico.
La principal coordinadora de esta investigación es
Ana Bigas, directora científica del
CiberOnc e investigadora del
Institut de Recerca de l’Hospital del Mar, que destaca en
Redacción Médica que el primer paso es conocer qué necesitan estas células en condiciones normales para generarse: “Este paso tiene lugar cuando somos
embriones y la fase en la que nos encontramos es si a partir de estas células embrionarias que podemos cultivar ya desde
hace años en el laboratorio, se pueden diferenciar a célula madre hematopoyética. Esta diferenciación permite
conseguir muchos tipos de células, además de glóbulos rojos o linfocitos”.
El principal problema que se ha encontrado Bigas en el laboratorio es la dificultad de
retener el estado de las células madre: “En caso de que esta esencia pueda perdurar, sí que se convertiría en una
fuente de trasplante, que directamente después pocas células de estas pueden regenerar todo el sistema hematopoyético de un paciente”. Para alcanzar este escenario perfecto, la especialista destaca las
células IPS, “un cóctel de genes realizado en el laboratorio que llegan a
un estado de célula embrionaria y que después puede formar cualquier tipo de célula, desde una neurona, célula de la sangre, de músculo, etc.”.
"El estado de inacción permite mantener la capacidad de las células madre con el paso del tiempo"
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A raíz de esta investigación, el equipo de Bigas llegó a descubrir un
tipo de proteína,
IKB, provocando que “cuando las células no la tienen,
están más quiescentes. En otras palabras, son células madre que se generan y que están como dormidas, inactivas. Ese estado permite a mantener esa capacidad de célula madre, porque hace que no se diferencie y que se mantengan esas condiciones. El reto es mantener este estado”.
En busca de más proteínas para tratar enfermedades de la sangre
En un estudio publicado en la revista
Nature Communications, la experta analiza que se
investigó este tipo de proteína en ratones que les faltaba, comprobando que “existen células ya dormidas y que siguen así en la edad adulta. Se desconocía que este tipo de células cogen este estado dormido en el embrión.
"Hasta que se pueda llegar a un ensayo clínico aún queda un largo camino"
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Con esta información, el objetivo de Bigas es conseguir en el laboratorio “aplicar
esta deficiencia de la proteína IKB en las células madre y ver si eso tiene un efecto directo sobre la pluripotencia. Es crucial mantener esta expresión”. Esta investigación podría abrir un
sinfín de posibilidades a la hora de tratar enfermedades como la leucemia y otras enfermedades de la sangre, aunque Bigas es consciente de que “hasta que
se pueda llegar a un ensayo clínico aún queda un largo camino. Actualmente estamos buscando más proteínas que nos ayuden a mantener estas células y diferentes formas de cultivo y todavía no tenemos la certeza de que estas células se puedan utilizar”.
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