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'Bleeding assessment tool': precisión en el diagnóstico de coagulopatías

La herramienta también se usa en enfermedades hereditarias como los trastornos plaquetarios o la hemofilia

Vicente Vicente, presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH).

21 oct 2016. 10.40H
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El bleeding assessment tool (BAT) es un elemento clave para objetivar y cuantificar la hemorragia en pacientes con trastornos de la coagulación, sobre todo los que tienen diátesis hemorrágicas. “En este grupo de personas es importante conocer y tipificar el defecto o anomalía subyacente”, ha explicado Vicente Vicente, presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH), quien ha moderado la Reunión Post-Congreso de la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH), que se ha celebrado en el marco del LVIII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH) y el XXXII Congreso Nacional SETH, que está teniendo lugar en Santiago de Compostela.

La importancia de esta herramienta es tal que hay un subcomité específico dedicado a ello. “Este grupo de trabajo elaboró los BAT, que son cuestionarios específicos diseñados para valorar de forma cuantitativa la sintomatología de sangrado de los pacientes. El cuestionario, conocido como ISTH-BAT tiene una amplia difusión. Así, el ISTH-BAT se diseñó originalmente para cuantificar el sangrado en pacientes con enfermedad de von Willebrand, el trastorno congénito más común, pero también se ha mostrado muy eficaz en la identificación de pacientes con esta patología. Actualmente, se está aplicando en otras enfermedades hereditarias como los trastornos plaquetarios o la hemofilia”, ha detallado el especialista.

Con respecto a las patologías más frecuentes en este campo, Vicente ha puntualizado que habría que distinguir entre las de carácter congénito y las adquiridas. La enfermedad de von Willebrand se considera la coagulopatía hereditaria más frecuente. El resto de coagulopatías congénitas son más raras y entre ellas se encuentran las hemofilias A y B, que son las más conocidas. En estas últimas, “su tratamiento depende de terapia sustitutiva y en los últimos años se ha avanzado mucho al disponer de nuevos preparados recombinantes con mayor potencia y duración prolongada. La terapia génica en ambas hemofilias también lleva un buen desarrollo”, ha apuntado.

Los frutos de la investigación se traducen en “la revolución conceptual que estamos viviendo de los estados trombofílicos, el papel que se le está dando a las proteínas implicadas en la fase de contacto de la coagulación, hasta ahora consideradas actores de tercera fila, y que ahora están adquiriendo protagonismo en la regulación del riesgo trombótico y como potenciales nuevos agentes antitrombóticos”, ha descrito el hematólogo, quien ha añadido que también se ha producido un avance en el conocimiento de las íntimas implicaciones de los sistemas hemostático y el inflamatorio y de la metastatización del cáncer. “Los ejemplos son múltiples y es muy difícil significar exclusivamente unos pocos. De lo que no nos podemos olvidar es de la aplicación de las ‘ómicas’ y de la tecnología de imagen, como sucede en otras áreas de la Medicina, está condicionando un crecimiento espectacular de este campo”.

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