Jesús Vicioso Hoyo. Alicante
Simeprevir, uno de los fármacos revolucionarios de última generación contra la hepatitis C, saldrá ‘gratis’ al Sistema Nacional de Salud (SNS) a partir de abril. Estos son los cálculos hechos públicos por el presidente de Janssen España y Portugal, Martín Sellés.
Ricardo Herranz, director gerente del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid; José Luis Poveda, presidente Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y jefe de Servicio de Farmacia del Hospital La Fe, de Valencia; Roberto Ferrándiz, coordinador del máster de Gestión sanitaria de la UCAM; Javier Crespo, jefe de Servicio de Digestivo del Hospital Marqués de Valdecilla, de Santander; y Martín Sellés, presidente de Janssen España y Portugal.
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El también consejero delegado de la compañía farmacéutica ha sido uno de los participantes de una de las principales mesas redondas de la jornada inaugural del XIX Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, que organizan Sedisa y ANDE en Alicante, puesto que se ha centrado en el caso de la hepatitis C para ilustrar ‘La economía de las innovaciones farmacológicas’.
Sellés ha reconocido que “el Gobierno ha negociado muy bien” y que en el ámbito de la introducción de la innovación hay que cambiar el chip para el establecimiento de nuevas fórmulas de financiación. Y ha puesto el ejemplo del techo de gasto acordado con la Administración española en el caso de simeprevir, que se fijó en 70 millones de euros.
A tenor de los datos que se han expuesto durante la sesión, a España le costará lo mismo tratar con el fármaco, de nombre comercial Olysio, a 7.000 pacientes, que a 3.000, cifra con la que se alcanza el tope de los 70 millones de euros. Y si con 3.000 enfermos en tratamiento, el medicamento sale a 23.300 euros por cada uno, en el caso de ser 7.000 pacientes el precio se reduce a menos de la mitad: 10.000 euros.
¿Y por qué en abril? Porque el ritmo al que va el gasto es más que relevante. En enero, según los datos que ha facilitado Sellés, se gastaron 16 millones de euros; en febrero, 21,4; la previsión para marzo es de 22-23 millones y la de abril, 20,3. Así que, de seguirse los cálculos, no acabará el primer cuatrimestre de 2015 sin que empiece a distribuirse de manera ‘gratuita’ para el erario público.
De igual manera, ha defendido que “el valor de los medicamentos justifica su precio” y de que “nadie duda de que son coste-efectivos” ya que “evitan la cronificación de la enfermedad” y, por lo tanto, del gasto. “Las críticas generalizadas a la industria farmacéutica son injustas”, ha zanjado Sellés.
Una solución no es un problema
“¿Todos los pacientes tienen que viajar en primera?”, ha preguntado José Luis Poveda, presidente Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) y jefe de Servicio de Farmacia del Hospital La Fe, de Valencia. “Es una reflexión que debemos hacernos”, ha añadido, al respecto. Y es que una de las tesis que ha lanzado el ponente ha sido que el sistema de salud “tiene que hacer análisis de coste-efectividad” para una correcta introducción de la innovación.
Poveda ha resaltado: “Una solución nunca debe ser un problema”, y ha recalcado que la situación vivida en torno a la polémica relacionada con los tratamientos de la hepatitis C ha de servir “para aprender en el futuro”, al tiempo que ha incidido en la necesidad de buscar nuevas fórmulas de financiación.
Asistentes a la mesa patrocinada por Janssen.
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Un observatorio de resultados para dotar de mayor transparencia
En la mesa, moderada por Roberto Ferrándiz, coordinador del máster de Gestión sanitaria de la UCAM, ha estado presente Ricardo Herranz, director gerente del Hospital Gregorio Marañón, de Madrid, quien ha manifestado que en torno a este asunto “los acontecimientos nos atropellan todos los días”.
Entre otras propuestas, Herranz ha reclamado la creación de un observatorio de resultados “que introduzca una mayor transparencia en el sistema y promueva la mejora a través de estudios en ‘benchmark’ (para medir el rendimiento)”.
Por último, el jefe de Servicio de Digestivo del Hospital Marqués de Valdecilla, de Santander, Javier Crespo, ha afirmado que los pacientes “pueden ir en primera, segunda o tercera”. “Pero los tratamientos no son iguales en primera, segunda o tercera. (…) Los fármacos de primera generación producen muertes y efectos secundarios. Por ejemplo, el 25 por ciento de los usuarios de interferón padecen depresión, del que el 10 por ciento no se cura”, ha dicho, para añadir después una invitación a la reflexión: “El precio por el que se consiguen los nuevos fármacos ahora es el precio por el que se pagaba hace 15 años el interferón”.