La Sociedad Española de Oncología Médica (
SEOM) estima que en
2019 habrá
casi 300.000 nuevos casos de cáncer en
España, un 12 por ciento más que en 2015. Junto a este aumento, destaca también el
incremento de la supervivencia, de forma que hasta un 70 por ciento de los pacientes sobrevive al menos
cinco años tras el diagnóstico. “El papel de la
innovación en la supervivencia al cáncer está siendo fundamental y lo seguirá siendo en los próximos años, si bien esta evolución puede detenerse debido a las dificultades para la financiación de las nuevas terapias que irán llegando en los próximos años”
, explica
Joaquín Estévez Lucas, presidente de la Sociedad Española de Directivos de la Salud
(SEDISA).
Para
afrontar esta situación, SEDISA considera que el sistema sanitario debe
solucionar dos grandes retos:
valorar la innovación más allá del coste y
financiarla. "Nos encontramos intereses y posturas diferentes entre todos los agentes que componen el sector de la salud", explican a través de un comunican. En palabras de
Joaquín Estévez Lucas, “las compañías necesitan
mantener el negocio para mantener, con ello, su actividad investigadora; las administraciones sanitarias luchan contra la falta de sostenibilidad y solvencia y ven la innovación como gasto y no como inversión con una visión cortoplacista; los pacientes quieren ser tratados con la terapia más eficaz, y los clínicos, en una continua formación científica, tienen el compromiso de ofrecer a sus pacientes lo mejor”.
"Las compañías necesitan mantener el negocio para mantener, con ello, su actividad investigadora"
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Ante esta situación, los directivos de la salud y gestores sanitarios, en la mesogestión, explican que se enfrentan a una
factura de Farmacia Hospitalaria muy alta, siendo éste el punto
más complicado de cumplir en cuanto a la cifra objetivo implantada, sin normalmente negociar, por parte del servicio regional de salud en el marco de los contratos de gestión que se
firman de forma anual. “En dichos
contratos gestión no se tiene en cuenta la llegada e incorporación de nuevas terapias o tecnologías innovadoras. Al revés, la cifra de este objetivo se fija en base al fijado el año anterior”, añaden.
Para
hacer frente a todo ello y
gestionar con calidad y de forma eficiente, el directivo debe tener un perfil profesionalizado, con formación y experiencia, que le permita liderar la transformación del sistema para poder hacer más accesible, de forma rápida y equitativa, la innovación.
“Esto obliga al directivo -explica el presidente de SEDISA- a
conocer la innovación; medir para conocer resultados, lo que
facilitará dejar de hacer cosas y
poder reinvertir en lo verdaderamente eficiente;
implementar la innovación estratégica en la gestión sanitaria para obtener ahorros y calidad y reinvertir, de nuevo, en procesos y productos innovadores que aporten al paciente;
conocer la visión de los clínicos y compartir con ellos las necesidades de la gestión, facilitando al mismo tiempo la investigación y la formación, y conocer la visión de los pacientes sobre qué significa para ellos la innovación, cómo viven el proceso en el hospital, etcétera”.
Diez claves para implementar y financiar la innovación en oncología
Para hacer frente al gran reto de implementar y financiar la innovación, reconociendo el gran papel que desempeñan todos los protagonistas de la salud en el área de la oncología, incluyendo al directivo de la salud,
SEDISA propone, en el marco del Día Mundial del Cáncer, que se celebra el próximo lunes, 4 de febrero, una s
erie de claves para la financiación de la innovación oncológica, fundamental para que la supervivencia siga incrementándose y la calidad de vida de los pacientes continúe creciendo:
1. Analizar el coste real de los tratamientos y de la innovación tecnológica
Para ello, es necesario medir la eficiencia y el valor que aportan, además del precio.
2. Medir resultados
Es necesario medir y usar los análisis de datos desde un punto de vista estratégico, convertir los datos en conocimiento y hacer posible la gestión y planificación basadas en resultados y no en actividad. Desde el punto de vista de la gestión, la medición de resultados debe estar incluida como un objetivo en los contratos de gestión.
3. Educar para la salud
Entre el 30 y el 50 por ciento de los cánceres se pueden prevenir con hábitos saludables –como evitar el tabaco y reducir la ingesta de alcohol–, o adoptando medidas de salud pública de inmunización contra las infecciones que los causan.
4. Idear fórmulas de pago innovadoras
Techos máximos de pago, pago por resultados, riesgo compartido, socio tecnológico, etcétera.
5. Colaboración público-privada
En el pago, en la investigación, en la implementación de la innovación, etcétera.
6. Más que un gasto, una inversión
Más allá de la supervivencia al cáncer y la cronificación, las innovaciones producen ahorros en recursos sanitarios y en costes laborales, al evitar el absentismo y las bajas.
7. Trabajar por el acceso rápido y equitativo a la innovación
El resultado debe ser la no variabilidad clínica, la homogeneización y un aumento de la transparencia en la accesibilidad a los medicamentos.
8. Implicar a los pacientes
En la investigación, desde el principio hasta el final, en la valoración de la innovación y en el análisis de los procesos asistenciales.
9. Profesionalización de los directivos de la salud y la gestión sanitaria
Medir, incorporar la innovación, gestionar de forma innovadora, la colaboración público-privada, la participación de los pacientes, etcétera requiere de directivos de la salud profesionalizados, capaces de liderar la transformación que la sanidad necesita.
10. Un pacto nacional para poder asumir el gasto
Profesionales, directivos, portavoces políticos, industria farmacéutica y pacientes deben crear un pacto nacional para la implementación de la innovación, la calidad, la eficiencia y la sostenibilidad del sistema.
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