Sanidad busca una sola clasificación nacional de enfermos crónicos

La estratificación es el primer paso para atender la patología de larga duración

Martes, 03 de marzo de 2015, a las 13:32
Redacción. Madrid
La subdirectora general de Calidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud (SNS), Paloma Casado, ha anunciado la creación de una referencia universal, en el Sistema Nacional de Salud, para estratificar la población en función de las enfermedades crónicas que padece, de modo que “todas tengan a su población clasificada a partir del mismo modelo para que sea posible la predicción futura del consumo de recursos con los mismos algoritmos”.

Consejeros y altos cargos directivos de diversas comunidades autónomas, además de Casado, se han dado cita en una reunión de trabajo monográfica para analizar el estado de atención de la enfermedad crónica en España.

De izq. a dcha.: Joaquín Estévez, secretario general técnico de la Fundación Ad Qualitatem; Teresa Millán, directora de Corporate Affairs de Lilly; Julio Zarco, director general de Atención al Paciente de la Comunidad de Madrid; y Alfredo Milazzo, presidente de la Fundación Ad Qualitatem.


El foro, organizado por la Fundación Ad Qualitatem, ha sido inaugurado por su presidente y su secretario general técnico, Alfredo Milazzo y Joaquín Estévez, respectivamente, y ha contado con la colaboración de Lilly, cuya directora de Asuntos Corporativos, Teresa Millán, ha intervenido en la apertura de la sesión.

Según datos facilitados en la reunión, en 2025, 1 de cada 5 españoles tendrá más de 65 años y 6 de cada 10 padecerán una enfermedad crónica, y, si no se reforma el SNS, el déficit de su financiación llegará a los 50.000 millones de euros en 2020.

Estrategia acordada en el CI de 2012

La iniciativa anunciada por Casado se incluye en las principales líneas de trabajo acordadas como consecuencia de la Estrategia Nacional de abordaje de la patología crónica acordada el 27 de junio de 2012 en pleno del Consejo Interterritorial.
Hasta la fecha, los gobiernos regionales han desarrollado sus propios esquemas estratificadores para hacer una composición de lugar de la demanda de esta clase de enfermos en su territorio.

La Comunidad de Madrid, por ejemplo, parte de cuatro grandes capas para dirigir su proyecto integrador de la asistencia a estos enfermos en el Servicio Madrileño de Salud (Sermas), según ha precisado su director general de Atención al Paciente, Julio Zarco: la población general, a la que destina sus planes de prevención y promoción de la salud; las personas con patología crónica capaz de autocuidado (entre el 70 por ciento y el 80 por ciento de los usuarios de la sanidad); pacientes de alto riesgo (15 por ciento), y de alta complejidad (5 por ciento).

En esta línea, desde la misma región, Ana Míquel, coordinadora de la Estrategia de Atención al Paciente con Enfermedades Crónicas en la misma autonomía, ha anunciado la implementación en el próximo mes del Proceso Asistencial Integrado del Paciente Pluripatológico Complejo, ya que “nuestra estrategia en realidad afecta a todas las patologías” de curso evolutivo prolongado, y ha informado de que “hay en marcha 21 proyectos en esta dirección y habrá otros dos más para el mes de julio”.

Escuelas de salud, indicadores y gestión de la enfermedad

El ejecutivo nacional también trabaja en cambiar el modelo cultural de atención a la enfermedad crónica desde la mentalidad y el compromiso de los profesionales y en esta línea se ha creado una Red de Escuelas de Salud para la Ciudadanía, como ha señalado Paloma Casado.

Por su parte, la Comunidad Foral de Navarra, entre otras, ha ligado este compromiso docente del Estado a su propia estrategia autonómica, cuyo objetivo último reside en la consolidación del llamado paciente experto: aquel capaz de cuidarse a sí mismo en colaboración con los agentes de salud, según ha incidido la consejera de Salud del Gobierno de esta comunidad autónoma, Marta Vera.

La máxima responsable de la sanidad navarra ha mencionado  la retribución variable y por objetivos de los profesionales “en función de resultados medidos a partir de indicadores de calidad integral”, como una de las formas para alcanzar el cambio cultural en la asistencia sanitaria, así como la necesidad de empoderar al paciente para hacerle responsable de su propia salud.

“En esta autonomía –ha destacado Vera– nos hemos propuesto tres retos: la mejora de resultados en salud, la calidad y la sostenibilidad”, pues “debemos pensar en un sistema de salud orientado a las necesidades de los pacientes y no a la demanda”, como ha sucedido hasta ahora.

La gerente del Servicio Navarro de Salud, Cristina Ibarrola, ha explicado que, para hacer realidad ese sistema, los responsables políticos se han propuesto la creación de “una macrobase de 60 millones de datos para identificar 76 variables de la población”, entre otras pruebas complementarias, indicadores de Atención Primaria y Especializada y registros de los servicios de urgencias.

Otros de los proyectos desarrollados por el Estado para mejorar la situación de la enfermedad crónica, citados por Casado, han sido las Guías de Práctica Clínica -elaboradas por el Ministerio de Sanidad-, la implementación de Indicadores de Estrategia, que sirven para el seguimiento y consecución de los objetivos marcados y la inclusión de recomendaciones adicionales, así como para el desarrollo de un Conjunto Mínimo Común de estos parámetros con visión estatal, y el Plan de Gestión de Enfermedades Crónicas, que trata de agilizar su ejecución.