Redacción. Madrid
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado la persistencia de trabas para acceder a datos sobre actividad sanitaria en España, realidad reivindicada desde hace tiempo por los directivos y economistas de la salud, entre otros agentes relevantes del sector.
Ileana Izverniceanu, portavoz de la OCU.
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Esta agrupación ha subrayado que existen muchos datos sobre salud, enfermedad, tratamientos, registros y mejores prácticas, así como protocolos y recursos sobre el desempeño hospitalario que no resultan accesibles, de forma que los ciudadanos no disponen de información sobre su hospital.
De acuerdo con las fuentes de la OCU, “el sistema sanitario español es ampliamente reconocido por su calidad técnica, el alto nivel de formación de sus profesionales y en general por sus buenos resultados”.
“Sin embargo –continúa– los hospitales disponen de distintos recursos y la serie de decisiones que se toman sobre cómo organizan los recursos, afectan a los pacientes, tanto en la calidad como en la seguridad de la atención que reciben”.
Los autores del informe de la OCU revelan que, de acuerdo con múltiples estudios, “existe una gran variabilidad en la práctica médica, entre hospitales de una misma zona, entre hospitales de una misma comunidad autónoma y finalmente entre los hospitales de distintas comunidades autónomas”.
“Pero esta información no es accesible por lo que OCU advierte de que los pacientes andan a ciegas cuando son atendidos en un centro hospitalario, tanto público como privado”, aseveran.
Un ejemplo de la información hospitalaria que el paciente debería conocer son las infecciones que se pueden contraer en el hospital que, a pesar de ser un indicador fundamental, en nuestro país es habitual que los pacientes desconozcan la tasa de infección que tiene su hospital y como está situado respecto a los demás hospitales.
¿Es posible reducir a cero las infecciones?
Según la OCU, a pesar de los graves efectos que pueden tener sobre la salud de los pacientes, muchas de estas infecciones son prevenibles, y, por eso, se pueden y deben tomar medidas para reducirlas a cero. “Estas medidas son simples, no son costosas, no requieren alta tecnología. Para reducir las infecciones o eliminarlas solo se necesita abrazar una cultura y formación en seguridad del paciente” ya que “los pacientes tienen derecho a saber si esta cultura de seguridad está implantada en su hospital”.
“No sólo ocurre esto en el caso de las infecciones. Otros ejemplos pueden ser la hospitalización por problemas y procedimientos cardiovasculares, los resultados de las diferentes intervenciones que tienen lugar en cada centro (por ejemplo, cuál es la supervivencia a treinta días y a un año por infarto agudo de miocardio), la tasa de cesáreas, cómo se organizan los recursos profesionales (personal en sus diferentes categorías, camas, disponibilidad estacional, existencia de unidades funcionales y dotación de las mismas, etc.), cuáles son los resultados en salud, cómo se financian, cuál es su memoria económica”, añaden.
Desde la OCU se está promoviendo una campaña a favor de la transparencia de la información hospitalaria a partir del lema
Transparencia en los hospitales ¡ya! En otros países de nuestro entorno existen campañas similares y ya están consiguiendo que las autoridades sanitarias se muevan en la dirección de facilitar esta información a los ciudadanos.
“Los ciudadanos quieren y tienen derecho a conocer los recursos y resultados en salud de los diferentes centros sanitarios tanto públicos como privados”, insisten.