Redacción. Alicante
A partir del título
Inmunoterapia en cáncer: retos actuales y futuros del nuevo paradigma de tratamiento oncológico, MSD ha reunido a gerentes sanitarios y expertos de prestigio en gestión de la salud para intercambiar impresiones sobre las oportunidades que ofrece a los pacientes oncológicos esta modalidad terapéutica frente a las necesidades tanto de pacientes como de clínicos y gestores sanitarios.
El oncólogo Alfonso Berrocal.
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Los ponentes participantes en el taller científico, celebrado en el marco del XIX Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria que han organizado, este mes, Sedisa (Sociedad Española de Directivos de la Salud) y ANDE (Asociación Nacional de Directivos de Enfermería), y que se ha celebrado en Alicante, fueron Alfonso Berrocal, jefe de Sección de Oncología del Hospital General de Valencia; Bartomeu Massuti, jefe de Servicio de Oncología del Hospital General de Alicante; y Mario González, gerente de la Gerencia de Gestión Integrada de Vigo.
La sesión comenzó con la intervención de Alfonso Berrocal, quien puso en valor la aportación que para el oncólogo médico tiene esta nueva estrategia terapéutica que supone la inmunoterapia aplicada al tratamiento del cáncer. De esta manera explicó que “supone un nuevo pilar en el tratamiento del cáncer puesto que podría aportar la posibilidad de mejorar las expectativas en pacientes con enfermedades en las que no es posible la curación”.
Los oncólogos coincidieron en afirmar que, debido al novedoso mecanismo de acción de la inmunoterapia, ha sido necesario aprender a manejar características especiales de respuesta y de toxicidad. “Desde el punto de vista médico, estoy seguro que no hemos alcanzado el máximo terapéutico a día de hoy, ya que esta nueva modalidad podría ofrecer enormes posibilidades en combinación con otros tratamientos. De hecho –señaló– los resultados preliminares apuntan a un cambio definitivo en la historia natural de algunas enfermedades oncológicas con este abordaje combinado”.
Igualmente, se puso en valor la relevancia del uso de marcadores que ayuden a seleccionar las poblaciones de pacientes que optimizarán el beneficio de estas terapias y por tanto su eficiencia para el paciente como para el sistema sanitario.
Durante su exposición, Bartomeu Massuti apuntó que “actualmente, para los tratamientos oncológicos se considera prioritario la capacidad de predicción de resultados a nivel individual que hasta ahora no había sido posible con los tratamientos de quimioterapia citotóxica”. En su opinión, “en estos momentos la introducción de nuevas alternativas terapéuticas supone una herramienta para mejorar la eficiencia y contribuir a la sostenibilidad del sistema”.
Principales retos que limitan el acceso a la innovación
Otro de los puntos que se trató durante el taller científico fue el análisis de las limitaciones más comunes a las que hay que hacer frente para que el paciente tenga acceso a la innovación. En esta ocasión, González apuntó que, “sin duda alguna, uno de los retos a los que se enfrenta el sistema sanitario en la actualidad es precisamente ese, el de garantizar dicho acceso. Estamos ante un
problema complejo con soluciones complejas donde el entorno y las posibilidades económico-financieras del sistema nacional de salud y del país en su conjunto, tienen mucho que ver”.
En su opinión, “es necesario establecer mecanismos y métodos que prioricen el acceso a la innovación”. Se expuso como ejemplo la solución propuesta desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) que asocia el año ganado en calidad de vida al producto interior bruto por persona, considerando como muy coste-efectivo si es inferior a 1, aceptando como razonable entre 1 y 3 y valorando como coste inefectivo valores por encima de 3.
“Utilizar la farmacoeconomía y la dirección marcada por la OMS pueden ser, quizás, la guía que nos permita establecer unos criterios claros de asunción de determinados medicamentos innovadores”, concluyó González.
Estos serían los principales retos del sistema sanitario, pero el clínico también tiene que hacer frente a barreras que limitan su trabajo y sobre las cuales reflexionó Berrocal. “El principal obstáculo que nos encontramos es la demora entre el conocimiento científico y la posibilidad de administrar el tratamiento a los enfermos”, señaló.