Redacción. Madrid
La ecografía más allá del ámbito de la Ginecología, la Urología o incluso la Gastroenterología se postula como un medidor de enorme utilidad en el control y seguimiento de las enfermedades sistémicas autoinmunes, que por lo general tratan los médicos internistas, ya que permite conocer el estado y evolución de los órganos afectados por la patología.
Lucio Pallarés, de la SEMI.
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Ésta será una de las áreas de estudio durante la VIII Reunión del Grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas (GEAS) que la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) celebra a finales de esta semana en Madrid y que reúne a unos 250 expertos en la materia, representantes de cerca de un centenar de centros hospitalarios españoles.
“Disponer de un ecógrafo en las consultas de enfermedades autoinmunes nos va a permitir ser más precisos en los diagnósticos, para así poder elegir los mejores tratamientos, además de identificar de forma precoz inflamación articular, distinguir entre una trombosis venosa de una infección de la piel, o descartar diversas causas de fiebre”, ha apuntado Lucio Pallarés, coordinador del Grupo de Enfermedades Autoinmunes Sistémicas de la SEMI.
En lo que se refiere al seguimiento, la ecografía clínica permite estudiar el crecimiento de las glándulas salivales o del tiroides, el funcionamiento del corazón o la afectación pulmonar frecuente en estas enfermedades. “Es tal su importancia para tratar estas enfermedades que podría acabar sustituyendo a otras exploraciones, como la tomografía conocida como TAC, evitando el riesgo de radiación y sus consecuencias para el paciente, al tratarse de una técnica inocua, reproducible y fiable”, ha advertido el especialista.
Daño vascular y ‘doppler carotídea’
“Muchos profesionales sanitarios recurren a ella en su práctica clínica diaria, sobre todo, para detectar el daño vascular y poder realizar una intervención de manera temprana”, ha añadido, ya que la enfermedad cardiovascular es una de las más graves complicaciones que presentan en la actualidad los pacientes con enfermedades autoinmunes, siendo una de las principales causas de mortalidad.
Por su parte, la ecografía ‘doppler carotídea’ también ofrece ventajas para el diagnóstico de las enfermedades autoinmunes sistémicas, ya que permite detectar precozmente la enfermedad ateromatosa. “Esta prueba se realiza en la propia consulta, incidiendo así, tanto en las medidas de los hábitos de vida, como farmacológicas, para prevenir las complicaciones cardiovasculares en las enfermedades autoinmunes sistémicas”, ha declarado Pallarés.