Carlos Cristóbal/ Imagen: Miguel Fdez. de Vega. Madrid
Es uno de los mayores retos a los que se enfrenta el sistema sanitario, y la evolución demográfica indica que su dimensión será mayor en los próximos años. La adaptación a la creciente cronicidad ha supuesto un cambio de paradigma que, si bien ya ha dado algún paso, sigue teniendo la mayor parte del camino por hacer. Con el objetivo de contribuir al desarrollo de estrategias en este campo, la Sociedad Española de Directivos Sanitarios (Sedisa) ha presentado el informe ‘Soluciones para la gestión de la cronicidad’. En él se señalan elementos como la integración de los niveles asistenciales y la aplicación de las nuevas tecnologías de la información entre las principales herramientas para hacer que una asistencia de calidad en este escenario sea viable.
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Jesús Sanz, presidente de ANDE; Alejandro Toledo, expresidente de Alcer; Carmen Arias, responsable de la Estrategia de Cronicidad del Ministerio de Sanidad; Paloma Casado, subdirectora de Calidad y Cohesión del Ministerio de Sanidad; María Dolores del Pino y Pino, presidenta de la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y Joaquín Estévez, presidente de Sedisa.
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El trabajo, que ha contado con la colaboración de Fresenius Medical Care y en el que han participado, además de una representación del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, La Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón (Alcer), plantea un objetivo principal: establecer unos parámetros de acción comunes. Así, el presidente de Sedisa, Joaquín Estévez, ha afirmado que la cronicidad debe ser “una cuestión de Estado” que cuente con “normas de gobernanza, financiación, recursos y provisión de servicios”. En una línea similar se ha manifestado el máximo responsable de Ande, Jesús Sanz, quien ha criticado las “distintas velocidades de las autonomías” en la implantación de políticas y ha vaticinado que la enfermera de casos será una figura completamente instaurada en el sistema “muy pronto”.
Uno de los elementos en los que más se ha incidido a lo largo de la jornada ha sido el relativo a la necesidad de establecer ‘puentes’ más consistentes que los actuales entre los distintos niveles asistenciales. En ese sentido, Estévez ha abogado por el establecimiento de un modelo de futuro con “organizaciones integradoras en las que se incluyan los servicios sociales”. “Abordar la cronicidad exige hablar de rediseño sanitario, participación, intercambio, interoperabilidad y gestión clínica; para ello será preciso realizar una transición demográfica, epidemiológica, terapéutica y asistencial”, ha añadido.
El factor TIC
El impacto que la revolución tecnológica en el campo de la comunicación ha tenido en el ámbito de la gestión es enorme. No resulta extraño, por tanto, que uso de las nuevas tecnologías de la información aplicadas a la gestión de enfermedades crónicas haya tenido un importante papel en la presentación del estudio. En ese sentido, cabe destacar la estrategia de estratificación de los pacientes emprendida desde el Ministerio de Sanidad que “permite identificar subgrupos con diferentes niveles de necesidad y riesgo para facilitar la provisión de intervenciones específicas adecuadas a cada necesidad de atención”. También a su uso se ha referido Estévez, refiriéndose en este caso a su aplicación en campos como el de la teleconsulta o la atención domiciliaria que permitan al sistema “huir del hospitalcentrismo”.
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