Debido al importante volumen presupuestario (un 8,8 por ciento del producto interior bruto y 2.898 euros per cápita según OECD Health Data 2015, de los que el 71,5 por ciento es de tipo público y un 28,5 por ciento privado), la sanidad forma parte de los principales determinantes de sostenibilidad de las cuentas públicas.
Pero la sanidad no debe ser un gasto regional más, siendo urgente no descuidar la financiación, eficiencia y coordinación de las necesidades. “Para ello, el principal reto de la gestión sanitaria es desarrollar estrategias sanitarias en un presente marcado por el envejecimiento de la población, la cronicidad y la tecnología sanitaria, sin dejar de ser sostenibles”, explica Dolores Acón, gerente del Hospital Universitario Son Espases y coordinadora de las IV Jornadas de Gestión Sanitaria, que se celebran entre este jueves y este viernes en Palma de Mallorca. “Debemos conseguir ser gestores de salud y no tanto de enfermedad, y que la atención a ésta se consiga mediante procesos de alta resolución”.
’18 Ideas transformadoras ante un presente retador’ es el lema de estas jornadas, organizadas por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), la Fundación Sedisa y el Hospital Universitario Son Espases de Palma de Mallorca, en las que se están dado cita cerca de 200 directivos de la salud de toda España. El objetivo, analizar proyectos e ideas que están formando parte de la evolución que el sistema necesita hacia la calidad y la eficiencia.
En palabras de Joaquín Estévez, presidente de la sociedad, “la transformación del sistema implica necesariamente la integración de subsistemas asistenciales y sociales a favor del paciente, alinear la intervención de los profesionales a favor de una buena práctica clínica centrada en el paciente, y aceptar la necesidad de un cambio en la gestión de los sistemas, las organizaciones y las personas, e impulsar el despliegue de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como herramientas imprescindibles para gestionar la nueva estructura organizativa asistencial sociosanitaria”.
En este marco, es necesaria la profesionalización de la gestión sanitaria, la transparencia en publicar resultados en salud, evaluación y comparación y ña cultura de rendición de cuentas. “Dichas medidas suponen conocer variables relevantes desde una perspectiva clínica y farmacéutica que deberían hacerse públicas en función de su implantación en nuestro ámbito cercano, teniendo como referencia el marco legal sobre el uso de registros de pacientes”, explica David Cantarero, profesor titular y responsable del Grupo I+D+i en Economía de la Salud de la Universidad de Cantabria. “A su vez, habrían de combinarse con una mejor gestión y dirección sanitaria y un progresivo acercamiento a la cultura de resultados en salud y sanidad basada en el valor frente a la gestión por procesos, para así avanzar en la mejora continua, puesto que la sanidad es inversión y contribuye a producir riqueza y valor. Sin duda, la sanidad es un motor social que dinamiza la economía”.
Por otra parte, este experto hace hincapié en la necesidad de no solo monitorizar la oferta, sino también regular la demanda: “Nada es gratis y priorizar gasto no es fácil, pues en muchas autonomías las cuentas sanitarias siguen cuadrándose con hacienda. Se precisa ajustar gasto a ingresos reales, pues si no se perpetuaría el déficit”.
“El tratamiento de datos sanitarios mediante técnicas de inteligencia artificial permitirá en los próximos años importantes avances en el conocimiento de diversas áreas relacionadas con la salud y los servicios sanitarios a tomar decisiones cada vez más precisas y eficientes”, explica la gerente del Hospital Universitario Son Espases.
Cronicidad: el 80 por ciento del gasto sanitario en España
Se estima que la mitad de la población en España padece al menos una enfermedad crónica, cifra que se espera siga aumentando teniendo en cuenta el envejecimiento de la población. De hecho, más del 70 por ciento de los mayores de 65 años tiene alguna patología crónica, siendo cuatro la media de patologías por persona. Según el presidente de Sedisa, “estos datos son importantes en dos sentidos. Primero, el 80 por ciento del gasto sanitario en nuestro país está dedicado a los pacientes crónicos y tres de cada cuatro visitas a los servicios de urgencias son realizadas por pacientes crónicos. Y segundo, necesitamos seguir reorientando ya, en el presente, el sistema y modelo sanitario a la cronicidad, en términos de calidad, eficiencia, resultados en salud y sostenibilidad”. Y es que en salud, la cronicidad es prácticamente el 75% del tiempo asistencial, de las consultas en Atención Primaria, de los ingresos hospitalarios y de la mortalidad poblacional, algo que justifica por sí mismo la reorientación de la asistencia a los pacientes crónicos.
La directora gerente del Instituto Catalán de Salud (ICS), Candela Calle, presentará la gestión de la cronicidad que se está llevando a cabo desde Cataluña, en el nivel de la mesogestión, donde se disponen de diversas experiencias de abordaje integral de enfermedades crónicas. “Potenciamos la vida activa y la autonomía de los pacientes, incorporando la toma de decisiones con el fin de ayudarle”, explica. “Tenemos una visión global e integradora de la asistencia primaria y hospitalaria, incluyendo la hospitalización de agudos y la sociosanitaria; introducimos cambios organizativos y potenciamos las TIC e impulsamos la visión preventiva, incorporando además el entorno familiar y social del paciente en el abordaje de la enfermedad”.
La directora del ICS, añade que el reto de la cronicidad requiere, en cualquier caso, de un enfoque poblacional, de forma que según la complejidad de la enfermedad, se le dé el abordaje más apropiado: “Mientras que a los ciudadanos les debemos dirigir acciones de promoción de la salud y de prevención a los grupos de riesgo, a los pacientes con baja complejidad debemos darles soporte para hacer posible su autonomía, a aquellos con complejidad media debemos facilitarles la integración asistencial y en los casos de alta complejidad es fundamental adaptar el modelo a las necesidades concretas del paciente”. Otra herramienta o proyecto que apoya la reorientación del modelo a la atención a la cronicidad son los programas de paciente experto. En este sentido, el Programa Paciente Experto Cataluña, que cuenta desde su puesta en marcha en 2006 con 4.756 participantes, 321 pacientes expertos y 768 profesionales observadores, está dirigido, según Candela Calle, a “fomentar el autocuidado, mejorar el cumplimiento terapéutico, disminuir visitas al médico y/o enfermera de familia, disminuir ingresos hospitalarios y visitas a urgencias, conseguir implicación y satisfacción, y mejorar la calidad de vida, conocimientos y hábitos y estilos de vida”.
Desde cualquier perspectiva, el éxito radica en la integración interservicios y, fuera del marco sanitario, de la atención social con la sanitaria. “Estamos obligados a ir hacia modelos de atención integrada que centran su atención en las necesidades de los pacientes en todas sus facetas –biológicas, psicológicas y sociales- y prestando especial atención a la coordinación de todos los agentes que intervienen tanto en el proceso asistencial como en el de la prevención y el de la educación para la salud”, concluye Dolores Acón.
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