El de la
compatibilización de puestos en el sector público y privado es uno de los temas más controvertidos del sector sanitarios. En ese aspecto, y más concretamente en su aplicación dentro del ámbito de los
jefes de servicio, ha versado el ‘cara a cara’ integrado en el
VI Encuentro Global de Altos Cargos de la Administración Sanitaria organizado por Sanitaria 2000, en el que ha quedado patente la diferencia de posturas entre quienes priorizan el derecho de los trabajadores y los que ven en la compatibilidad de cargos la antesala al conflicto de intereses.
Esteban del Ruste, director del Área de Recursos Humanos de la Consejería de Sanidad de Aragón, y su homólogo en la Región de Murcia,
Pablo Alarcón, han protagonizado este enfrentamiento de posturas moderado por el director de Atención Especializada de La Rioja,
José Miguel Acitores. En él, Alarcón ha defendido la compatibilidad de cargos entre los jefes de servicio “porque lo defiende la ley y es un derecho de los trabajadores”. “Todos nuestros trabajadores tienen una jornada, en el resto del tiempo pueden hacer lo que quieran siempre y cuando cumplan con los requisitos legales”, ha asegurado antes de abogar por “compartir” los recursos, “también los humanos y el conocimiento”.
Pablo Alarcón y Esteban del Ruste.
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Del Ruste, por su parte, se ha autocalificado “un talibán de la incompatibilidad”, si bien ha reconocido su carácter de “utopía”. Asimismo, se ha apoyado en tres argumentos para defender un
sistema de exclusividad para los jefes de servicio: “No son personas que tengan un turno, sino responsables permanentes de una estructura; además hay peligro de que exista conflicto de intereses y, por último, se debe tener en cuenta que los profesionales sanitarios tienen una normativa más laxa que otros profesionales igualmente competentes”.
Una de las preguntas más evidentes que se han generado es la relativa a si es posible compatibilizar la tarea de jefe de servicio con otra sin perder en eficiencia. En ese sentido, Del Ruste ha sido rotundo a la hora de manifestar que “la carga de trabajo que supone una buena gestión hace que la compatibilidad sea imposible”. Alarcón, por su parte ha apelado al déficit de profesionales para defender una opción de
“conocimiento participativo” que lo compense.
Más allá de la práctica clínica, la sombra de la incompatibilidad llega a otros ámbitos como el docente. A él se ha referido el responsable de RRHH de Murcia, para quien
“que un jefe de servicio pueda formar en la universidad pública pero no en la privada es algo que se tiene que modificar”. Este aspecto ha sido, en uno de los pocos puntos de encuentros acontecidos durante la mesa, secundado por Del Ruste, que ha abogado por una norma “que module la actividad docente”. “A lo que me opongo por completo es a la compatibilidad con la actividad sanitaria privada pura”, ha concluido.
Los participantes del cara a cara, en un momento de la mesa.
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