El
Hospital Santa Lucía, en Cartagena, inició sus actividades a finales de 2010 y a mediados de 2011 ya estaba funcionando a pleno rendimiento. El centro, que
cuenta con 580 camas, proyectó desde su misma concepción la instalación de un
sistema de recogida neumática que recogiese tres fracciones, una constituida por lencería de la unidad hospitalaria, lo que incluye sábanas, cobertores, toallas, etc. y las otras dos dedicadas, respectivamente, a residuos de tipo 1, los considerados residuos urbanos, y residuos de tipo 2, donde están incluidos aquellos que han tenido contacto con fluidos humanos, como compresas, apósitos, yesos o bolsas de plasma vacías, entre otros.
La infraestructura Envac que
recorre las entrañas del complejo de forma totalmente oculta, consta de una tubería independiente para la ropa y otra para las 2 fracciones que se recogen separadamente para poder reciclarse.
Actualmente, el hospital gestiona al año 120.000 kilogramos de residuos de tipo 1 y 586.000 kilogramos de residuos de tipo 2 y 650.000 kilogramos de ropa,
el 70% de toda la que se genera en las plantas de hospitalización.
Juan Antonio Alcaraz, técnico en los servicios generales del hospital, adscrito al área de gestión de contratas sociosanitarias, conoce a la perfección el sistema neumático de transporte de residuos. Asegura que todo son ventajas en lo que concierne a sus prestaciones.
“Hemos evitado el tránsito, por unidades clínicas, pasillos y ascensores, de carros de transporte de residuos, lo que nos aporta dos ventajas claras. Por un lado, retiramos medios y personal de las zonas comunes y, por otro, mejoramos extraordinariamente la seguridad sanitaria del personal y pacientes al no existir contacto físico con el residuo”, explica.
En estos momentos, los recursos dedicados a la recogida de residuos son mínimos.
Se limitan a una persona encargada de realizar la ronda por todas las unidades para depositar las bolsas en el sistema. No obstante, y gracias a las funcionalidades de la recogida neumática, cada unidad podría ser autosuficiente a la hora de gestionar sus propios residuos, sin necesidad de más soporte o apoyo, como de hecho ocurrió en la primera fase de la pandemia.
"Es un sistema robusto, que evita ruidos, derrames y malos olores, facilita la logística interna y preserva la seguridad sanitaria del personal"
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“El sistema de recogida neumática del Hospital Santa Lucía, que
no ha dejado de funcionar en ningún momento, evita ruidos, derrames y malos olores, aparte de otros trabajos de tipo logístico, como pueden ser la higienización de los carros o el mantenimiento de los mismos”, señala este técnico sanitario. Recuerda además que su primer contacto con un sistema de estas características lo tuvo en la Urbanización Santa Ana, en la misma ciudad, casualmente el primero que se instaló por la misma compañía sueca en España hace ahora 30 años. “No he visto que haya dejado de funcionar en todo este tiempo y nunca he visto suciedad por las calles, a diferencia de lo que ocurre con los contenedores, que a veces puedes encontrártelos desplazados o tumbados en la vía pública por inclemencias del tiempo”, recuerda.
Juan Antonio Alcaraz cree que la Covid, en vista de la necesidad de incrementar la seguridad de pacientes y personal sanitario en los centros, puede representar un factor acelerador del cambio en muchos hospitales en relación con la gestión de los residuos. “Los sistemas neumáticos preservan de contaminación los espacios sanitarios y aportan eficiencia en la organización de los procesos internos”, afirma. Y a este respecto
destaca la gran flexibilidad que ofrece el sistema, al permitir que se puedan programar los horarios de succión en función del horario de actividad de las diferentes unidades.
Sobre la robustez de los sistemas neumáticos, destaca que el del Hospital Santa Lucía no ha dejado de funcionar en ningún momento, lo que guarda relación con un adecuado mantenimiento que sigue las prescripciones técnicas de Envac, la empresa fabricante del sistema.
Reforma y nuevos hospitales: una oportunidad para la recogida neumática
Esta compañía, que celebra precisamente este año el 60 aniversario desde que implementase por primera vez un sistema de estas características en un hospital de Estocolmo, acaba de
lanzar dos productos innovadores para el sector sanitario. El primero es un
sistema neumático de transporte de residuos punzantes e infecciosos, clase III, que garantiza la asepsia en todo el proceso de retirada. Consiste en inertizar in situ los residuos para ser transportados después de forma asimilable a los urbanos, reduciéndose ostensiblemente el coste para el hospital. La segunda innovación es
una compuerta touchless, de apertura sin contacto físico y mediante tarjeta personalizada, lo que permite un control completo de las personas que acceden a él.
A partir de la experiencia que acumula Juan Antonio Alcaraz en la gestión de los servicios de retirada de residuos hospitalarios, considera que cualquier proyecto de edificación o remodelación profunda que se conciba hoy en un hospital,
debería contemplar la instalación de la recogida neumática. “Si en un primer momento no se puede acometer la instalación del sistema por una cuestión presupuestaria, al menos todos los hospitales deberían contar con la infraestructura para implementarla en cualquier momento.
Hoy por hoy, es inconcebible resistirse al cambio y a las mejoras que aporta la tecnología”.
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