El uso de redes sociales, correos electrónicos, Skype y otros métodos de comunicación digital puede mejorar la experiencia en atención de salud de los pacientes más jóvenes. Esa es la principal conclusión de la investigación dirigida por la Universidad de Warwick y el King's College de Londres, que analizó 20 equipos clínicos especializados del sistema de salud (NHS, en inglés) de toda Inglaterra y Gales.
Los jóvenes sin problemas de salud a menudo se desvinculan de los servicios sanitarios, con lo que termina siendo perjudicial no solo para el paciente, también para el sistema. En un intento de abordar esto, los médicos del NHS están utilizando la comunicación digital para llevar a cabo las consultas. Sin embargo, hasta ahora no estaba claro si este método es efectivo, ya que hay vacíos en la evidencia de cómo podría funcionar, su costo y cuestiones éticas y de seguridad.
En palabras del director del estudio, Frances Griffiths, “la política del NHS impulsa un uso más extendido de la comunicación digital para mejorar la experiencia en el cuidado sanitario. Esta permite el acceso de los jóvenes al médico en el momento que consideren, con lo que se establece una diferencia en la forma en que manejan su estado de salud. Esto se valora como algo adicional a las citas en las clínicas tradicionales, y puede enganchar a los que de algún modo se desvincularon. Es una manera de mejorar la autonomía, el fortalecimiento y la activación de los pacientes”.
Los resultados muestran que esta medida es beneficiosa. En ese sentido, los especialistas creen que los riesgos se mitigarán cuando la comunicación digital se utilice con pacientes que ya tienen una relación de confianza con el equipo clínico y necesitan tener un acceso flexible.
El problema, el tiempo del personal
El estudio también tuvo en cuenta las implicaciones para los médicos. El principal factor de costo es el tiempo del personal. Sin embargo, creen que se podría compensar con los ahorros en otras partes del servicio de salud. Así, tanto jóvenes como médicos podrían mitigar los riesgos de este enfoque mediante el uso de fórmulas de sentido común para evitar una mayor dependencia de los médicos, la divulgación inadvertida de información confidencial y fallos de comunicación. Los investigadores también señalaron que los equipos clínicos necesitan ser proactivos en sus enfoques de ética, gobernabilidad y seguridad del paciente.
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