La pandemia supuso un
bache en la donación de órganos, pero, una vez superada, la Organización Sanitaria Integrada Donostialdea se marcó como objetivo
llegar y mantenerse por encima de los cien donantes por millón de habitantes al año. Así lo ha explicado el jefe de Servicio de Medicina Intensiva de la OSI Donostialdea,
Félix Zubia Olascoaga.
Zubia ha destacado dos ideas principales antes de dar pie a la actividad de detección y mantenimiento de donantes de órganos en un Servicio de Medicina Intensiva. "
Todo sanitario debe estar implicado en la detección de un potencial donante y la donación no es una cosa solo de hospitales grandes,
los pequeños o medianos podemos ayudar", ha asegurado en la Jornada 'Hospital Innovador' Organización Sanitaria Integrada Donostialdea, organizada por
Redacción Médica, con el auspicio de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), el patrocinio de Boehringer Ingelheim y la colaboración de Serveo.
El jefe de Servicio de Medicina Intensiva de la OSI Donostialdea ha repasado la
evolución de la entidad en cuanto a la donación de órganos, que se inició con 33 donantes en 2013. Con una población diana de 600.000 habitantes,
en 2017 se alcanzó el máximo con 72 donantes, lo que supuso romper la barrera de cien donantes por millón de habitantes.
Félix Zubia, jefe de Servicio de Medicina Intensiva de la Organización Sanitaria Integrada Donostialdea.
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Cambio en el perfil de los donantes
Zubia ha concienciado de la
importancia de donar órganos, ya que "
es un gran beneficio social. Para el que lo recibe, el más evidente, por evitar una situación mala o incluso el fallecimiento; y para la persona que dona y
sus familias, que viven mucho mejor el duelo", así como beneficios económicos por aliviar programas de hemodiálisis y hacer que el programa de donación sea rentable.
El jefe de Servicio de Medicina Intensiva de esta OSI ha recordado que hace unos años en España había muchos donantes por las
muertes encefálicas, pero estas han ido bajando. Entonces, aparecieron las donaciones de pacientes con daño cerebral muy grave que "permiten canalizar los órganos y hacer una donación programada". Otros de los perfiles es la
asistolia controlada, personas menores de 65 años que sufren una muerte súbita, o
a las que se les realiza la eutanasia y expresan su deseo de querer ser donantes.
"El donante óptimo podemos ser todos", ha manifestado Zubia, quien ha detallado las innovaciones en este campo en donaciones de páncreas, pulmón y también corazón en asistolia controlada.
El personal sanitario "
debe pensar en la posibilidad de que los pacientes pueden ser también donantes. Si busco donantes potenciales, tendré donantes finales", ha indicado. Por todo ello el jefe de Servicio de Medicina Intensiva de la OSI Donostialdea
ha agradecido "a las familias su gran generosidad, que sustenta el programa de donaciones".
Zubia ha repasado la actividad de donación del Hospital Universitario Donostia.
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