El farmacéutico hospitalario
José Manuel Martínez Sesmero ha sido nombrado recientemente subdirector médico del
Hospital Clínico Lozano Blesa de Zaragoza, donde quiere "sumar y aportar" desde su amplia experiencia y "aprender y conectar" desde la
perspectiva de la innovación. El especialista recala en Aragón tras un breve paso por el Departamento de Farmacia del Hospital General Universitario de Ciudad Real y su etapa en el madrileño Clínico San Carlos, donde fue jefe de Servicio desde enero de 2018 hasta agosto de 2023.
En su opinión, el
auge de farmacéuticos hospitalarios en puestos de responsabilidad "es un guiño a la profesión, que puede ser un puntal en el desarrollo de equipos directivos". "Este
compromiso de la Farmacia Hospitalaria con con el Sistema Nacional de Salud no es nuevo, va mejorando poco a poco y yo creo que sí, que prueba de esta implicación histórica es que muchos compañeros y compañeras suben a puestos de Dirección", argumenta en esta entrevista con
Redacción Médica.
¿Cómo ha sido el desembarco en el Clínico Lozano Blesa de Zaragoza como subdirector médico?
Tras los últimos cambios que quería acometer en mi horizonte estaba poder ayudar a un equipo directivo en el desarrollo de un programa de cambio y de innovación, de gestión sanitaria. En la
reconstrucción de los equipos del Servicio Aragonés de Salud surgió la oportunidad y estoy muy contento de haber recalado aquí, en una gran ciudad como es Zaragoza y en un equipo formidable.
Este supone un paso más en cuanto a responsabilidad. ¿Cómo lo está afrontando?
Lo afronto con mucha ilusión y con una alta sensación de responsabilidad por lo que implica. También es cierto que el farmacéutico de hospital, en los últimos tiempos, está creciendo y evolucionando, muchos otros compañeros han precedido en este cambio. Compañeros que son gerentes, que ya eran subdirectores médicos o directores generales. Creo que es un guiño a que la profesión de la Farmacia Hospitalaria puede ser un puntal en el desarrollo de equipos directivos, elaboración de planes estratégicos, etcétera a nivel hospital y a nivel también de servicios regionales de salud.
Siendo farmacéutico, va a ser subdirector médico. ¿Se debería ampliar ese concepto para integrar a más profesiones?
Yo creo que es bueno tener una perspectiva integradora. Nos enriquece y es una visión cada vez más necesaria en el ámbito de la salud, donde tenemos que trabajar, lógicamente, con profesionales sanitarios, pero también en coordinación con otros profesionales no estrictamente sanitarios o que tradicionalmente no han formado parte de los equipos. Cada vez más, por evolución de tecnologías o por la necesidad propia, vamos a tener que ir incorporando y formando.
Comentaba que la Farmacia Hospitalaria puede ser un puntal para el desempeño de los equipos directivos. ¿En qué sentido? ¿De qué manera se puede materializar? ¿Qué extra le da un farmacéutico hospitalario a ese equipo directivo?
El farmacéutico de hospital tiene una trayectoria más que contrastada respecto al concepto de gestión clínica, pero también de gestión económica y de presupuestos, con lo cual es un binomio a tener en cuenta siempre. Además, también es un 'expertise' que llega a trascender la propia gestión del medicamento -que es lo lo tradicional-, porque hemos ido evolucionando a una gestión basada en el resultado. Resultados en salud orientados a objetivos concretos, con una clara visión de seguimiento, de creación de indicadores en un trabajo siempre multidisciplinar o interdisciplinar. Ese banco de pruebas es extrapolable a otras dimensiones que, lógicamente, sobrepasan este ámbito del fármaco. Aquí estamos hablando de tecnologías de otro tipo, de Ingeniería de procesos. Que el Servicio de Farmacia sea un servicio central pero con vocación clínica, ayuda a esto.
También lleva a sus espaldas la experiencia de haber trabajado en distintos Servicios de distintas comunidades autónomas. ¿Cómo enriquece a la hora de trabajar en un nuevo centro?
Esto para mí es clave. Yo creo que tenemos, desgraciadamente, un sistema que todavía sigue promoviendo la endogamia. Es bueno que facilitemos a los profesionales la movilidad, con cambios de hospital o de regiones, porque al final esto es lo que aumenta la probabilidad de aportar y catalizar cambios con los aprendizajes que uno lleva en la mochila.
Yo soy castellanomanchego, un toledano de nacimiento, pero me especialicé en Madrid. Luego he estado 13 años en el antiguo Hospital Virgen de la Salud de Toledo, aprendiendo muchísimo en un equipo también formidable. Luego tuve el reto del Servicio Madrileño de Salud, donde trabajé casi seis años. Ahora estoy en Aragón, también en un gran centro y en un gran Servicio de Salud. Esto es bueno para para todos. Son visiones complementarias, enriquecidas con bagajes de profesionales de distinto tipo, que han trabajado con distintos protocolos, con distintas recomendaciones, con distintas maneras de gestionar... eso aumenta la probabilidad de añadir valor.
¿Qué retos tiene a corto y medio plazo? ¿Cuáles son los objetivos que se marca en esta nueva etapa?
Mi objetivo es colaborar en todo lo que pueda con este nuevo equipo directivo dirigido por un gran gerente, Rafael Peña; y con un excelente director médico, Diego Rodríguez, de experiencia contrastada. Quiero sumar y aportar todo lo que traigo en la mochila, pero también aprender y conectar con esa perspectiva de innovación en la que he trabajado y colaborado a través de la sociedad científica (Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria, SEFH), conectando esos puntos con aliados no solo internos sino también externos para mejorar la gestión de un hospital, que tiene que dar respuesta a las necesidades de los pacientes actuales, de la sociedad. Siendo eficientes y gestionando lo mejor posible los recursos, que son limitados, garantizando el mejor resultado y de la máxima calidad.
Ha hecho alusión a su experiencia en la SEFH, en la que también ha cerrado una etapa recientemente.
He estado casi ocho años, primero como director de Investigación e Innovación, y luego en la segunda etapa dedicado únicamente a la tarea de la innovación como director de este departamento. Hay un nuevo equipo de Presidencia y de Junta Directiva. Yo había decidido no continuar porque había cumplido un ciclo, pero yo creo que también esta nueva Junta seguirá manteniendo, de alguna manera, todos los aprendizajes sobre innovación. La tarea conjunta, que no solo ha dependido de mí, es transformar y fomentar la cultura de la de la innovación. Esa semilla se plantó, se ha regado adecuadamente y se continuará a pesar de que actualmente no existe como tal una Dirección de Innovación.
También ha trabajado en los últimos años como como profesor del Máster de Planificación Sanitaria de Sedisa y profesor asociado de la Universidad Complutense de Madrid. ¿El nuevo cargo le va a permitir seguir esa labor docente y académica?
Sí, porque vendrán nuevas oportunidades. Mi etapa con la Complutense de momento ha finalizado, pero sigo manteniendo la relación con la Sociedad Epañola de Directivos de la Salud (Sedisa) en ese máster y colaboraciones varias con universidades públicas y privadas, pero más puntuales. La vocación docente siempre ha estado dentro de mi core, es una de mis pasiones y la seguiré cultivando, abriremos nuevos horizontes.
El papel de la Farmacia Hospitalaria, en ocasiones, no está tan reconocido como debiera dentro del SNS. ¿Cómo va a impulsar desde el nuevo cargo su figura?
Es una labor en la que todos sumamos. Antes me refería a los compañeros
José Luis Poveda, gerente de La Fe; Raúl Fernando Andrés
Navarro, gerente del Departamento de Salud de Castellón ;o
Isabel Campanario,responsable del Área Integrada de Ciudad Real (Castilla-La Mancha; y muchos otros compañeros que también siguen siendo subdirectores, por ejemplo Marta Mora en el Hospital de la Paz. Yo me sumo aquí a aprender de ellos y colaborar en todo lo que es la mejora en la gestión con una perspectiva integradora y holística que la Farmacia Hospitalaria ha generado en las últimas décadas. Sin ninguna pretensión concreta más que sumar y aprender en un sistema que tiene que rendir cuentas, mejorar la transparencia y estar enfocado en un resultados en salud. En esto yo creo que desde la Farmacia Hospitalaria, de manera formal y de manera informal, hemos dado buen ejemplo. Si hemos hecho o no correctamente los deberes de visibilización cada cual lo valora de manera individual; de manera colectiva son otros órganos los que tienen que hacerlo. Este compromiso de la Farmacia Hospitalaria con con el Sistema Nacional de Salud no es nuevo, va mejorando poco a poco y yo creo que sí, que prueba de esta implicación histórica es que muchos compañeros y compañeras suben a puestos de Dirección.
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