La
toma de decisiones médicas teniendo en cuenta la opinión del paciente es uno de los retos actuales del sistema sanitario. Dejar atrás un sistema ‘paternalista’ con los pacientes, que no tenía en cuenta sus opiniones, es la senda que han tomado los profesionales en los últimos años. Pero además de mejorar, por ejemplo, la adherencia a los tratamientos de los pacientes, la toma de decisión médico-paciente puede ser más
sostenible para los sistemas de salud que una decisión única del profesional sanitario.
Así se ha defendido en la
ponencia "Las decisiones compartidas y su impacto en la sostenibilidad", enmarcada en la primera jornada de la 23 edición del
Congreso Nacional de Hospitales y Gestión Sanitaria, celebrado este miércoles en Las Palmas de Gran Canaria.
Soledad Neria, gerente de Enfermería del SERMAS, ha abierto la conferencia explicando cómo mejora la
toma de decisiones conjuntas el plano enfermero. La profesional ha expuesto en primer lugar que las decisiones compartidas tienen como fin último hacer del Sistema Nacional de Salud (SNS) un modelo más eficiente.
"Esta toma de decisiones hace que el SNS esté mejor organizado. Que participe el paciente en la toma hace que estos tengan
mejor adherencia y comprensión de sus tratamientos y confíe más en los profesionales",
ha asegurado. Además, ha comentado que tener en cuenta la opinión de las asociaciones de pacientes "haceque llegue más financiación y que los procesos sean más eficientes". Así, ha argumentado que todo ello lleva a un mejor funcionamiento de los sistemas de salud.
Enfermeras para fomentar el autocuidado
Dentro de este tipo de toma de decisiones, Neria ha destacado el papel de la
figura de la enfermera, que "potencia el autocuidado y autogestión de los pacientes" y que, en general, conseguir hacer partícipe al usuario "promueve la sostenibilidad de los sistemas sanitarios".
José Manuel Martínez Sesmero, jefe de Servicio de Farmacia Hospitalaria del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, ha aportado la perspectiva farmacéutica y ha puesto sobre la mesa multitud de preguntas para los profesionales de la sala, como si,
en la práctica diaria, se tiene en cuenta la decisión de los pacientes, o si se tiene un buen modelo de medición de resultados en salud que se adecúe a los sistemas actuales.
Ha defendido que, dentro de la consecución de la equidad dentro de los sistemas de salud, es importante
no perder de vista la solvencia de los modelos sanitarios. Además, ha defendido la tesis 'enfermera' y ha recordado la importancia de que las decisiones se tomen de manera conjunta con todos los actores sanitarios.
Importancia de la industria farmacéutica
Así, ha reivindicado el papel de la industria farmacéutica y cómo se tiene que incorporar a los procesos comunes. "
Necesitamos modelos más transparentes y que permitan la toma conjunta de decisiones junto a la industria", ha asegurado.
Rafael Giménez, director médico del Hospital IMED de Valencia, ha aprovechado su intervención para poner en valor
lo que aporta la sanidad privada y sus decisiones compartidas a la sostenibilidad del sistema. El profesional ha defendido que, aunque hace un tiempo "se decía que los hospitales privados éramos hoteles con quirófanos" ahora mismo son centros con tecnologías y equipamientos que hacen que tengan "una oferta de mayor calidad".
Entre las ventajas que puede aportar la sanidad privada, como puede ser la
eliminación de la incertidumbre por sus tiempos más rápidos, ha destacado la capacidad de elección del paciente en estos centros, "Puede elegir su médico, su hospital, qué tipo de asistencia utiliza o incluso si quiere o no participar en las decisiones", ha explicado.
La capacidad de elección del paciente en la privada "elimina la incertidumbre"
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Dentro de estas elecciones también queda enmarcada esa toma de decisiones compartida, que defiende que
"acerca a los profesionales y pacientes a la manera de trabajar de ese hospital". Así, comenta que la toma de decisiones compartidas es un estilo de relaciones entre el profesional sanitario y el paciente y que debería aplicarse, no solo a enfermedades crónicas, sino también a enfermedades más agudas o de diagnóstico grave. "El balance final es que mejoran los resultados de salud", ha aseverado.
Además, Giménez ha recalcado que la toma de decisiones médico-paciente puede tener barreras, como puede ser que "puede agobiar a los pacientes" o que "se dispararían los costes", hay muchos estudios que las tiran por tierra. Por ejemplo, comenta que hay muchos estudios que indican que
el 70 por ciento de los pacientes suelen querer participar en tomar decisiones clínicas y que, en lo que tiene que ver con los costes, "si ellos eligen suelen decantarse por los tratamientos más conservadores".
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