El incremento de
1.000 plazas anuales de Medicina de Familia en la convocatoria del MIR se ha convertido en uno de los grandes reclamos del
programa sanitario de Alberto Núñez Feijóo para las elecciones generales del 23 de julio. Sin embargo, una medida de este calado requeriría de una batería de acciones complementarias en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para que surta efecto, especialmente después de que la especialidad
no haya sido capaz de cubrir todos sus puestos en las últimas dos ediciones. Médicos y sindicatos coinciden en la necesidad de crear paralelamente
nuevas unidades docentes, así como de mejorar las
condiciones laborales del colectivo para conseguir que este cupo se complete.
El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC),
Tomás Cobo, ha explicado a
Redacción Médica que el refuerzo del MIR de Familia puede ser una medida, ya que actualmente todavía hay aspirantes que se han quedado fuera de la nota de corte en el examen. Pero para lograrlo ve imprescindible reforzar los recursos humanos de la Formación Sanitaria Especializada (FSE) en todas las comunidades.
“El problema que tenemos para generar más plazas es que hace falta al tiempo crear unidades docentes para que esos médicos se puedan formar”, ha resaltado.
La última convocatoria del MIR ya se saldó con
131 plazas desiertas en Medicina de Familia, incluso después del llamamiento extraordinario que se hizo para
incorporar residentes extracomunitarios. El dato demostró una tendencia al alza en este fenómeno ya que el curso anterior ya se quedaron también
93 puestos vacíos, debido a que los aspirantes prefieren otras especialidades e incluso repetir el examen en algunas ocasiones.
En consecuencia, el presidente de los médicos ha advertido que para hacer atractivas este millar de plazas también es necesario desarrollar
incentivos que despiertan el interés de los nuevos facultativos. “Muchos médicos que no las cogen no es porque no tengan vocación de Primaria, que también puede ser, sino porque
las condiciones laborales que se les ofrecen son absolutamente paupérrimas”, ha apostillado.
Desde la OMC también ven necesario otros cambios de calado en el modelo vinculados a
los planes de estudio en la carrera de Medicina de las principales universidades españolas. A juicio de Cobo, no hay asignaturas que se orienten hacia la
Medicina Familiar y Comunitaria, mientras que las materias se centran fundamentalmente en la asistencia hospitalaria, donde deciden recalar la mayor parte de los médicos al terminar su formación.
En la misma línea se ha posicionado la
Central Estatal de Sindicatos Médicos (CESM). La organización también ha aplaudido el plan de Feijóo para incrementar las plazas del MIR en Familia, pero solo si va acompañado de otras medidas complementarias como el refuerzo de las unidades docentes o las mejoras en los puestos de Atención Primaria.
“Si hay una capacidad docente que lo permita sin mermar la calidad de la formación, podría ser una medida acertada, aunque posiblemente habría que completarla con alguna otra para lograr un
mayor atractivo en estas plazas y evitar así las renuncias”, han apuntado fuentes del sindicato a este periódico.
La jubilación médica a los 72 años
Otra de las medidas estrella del programa sanitario del PP pasa por facilitar
la jubilación activa a los 72 años para los médicos con el objetivo de seguir aprovechando su “experiencia” en el sector siempre que se encuentren bien de salud y con un cupo propio de pacientes. Tanto la OMC como CESM respaldan también esta medida, aunque advierten de que paralelamente también se debe facilitar el
retiro anticipado para aquellos que no quieran estirar su carrera.
Cobo ha planteado que algunas especialidades como
Neurocirugía o
Anestesia presentan mayores complicaciones para alargar la edad de jubilación debido a la “pericia” y la rapidez que requieren los médicos. Pero que en otras con menor presión asistencial sí que puede ser beneficioso ofrecer esta posibilidad voluntaria a los profesionales.
“La jubilación activa está bien, siempre que estemos seguros de que los ciudadanos y pacientes estén en buenas manos”, ha subrayado.
El presidente de la OMC ha reclamado, en todo caso, que no se deje de lado la jubilación anticipada para que
los médicos puedan beneficiarse de un retiro más temprano igual que otras profesiones como los policías o los bomberos forestales. “El que en un momento determinado esté saturado del trabajo que ha tenido sí que
debe tener la oportunidad de jubilarse a los 55 años. Sin embargo, sí que habrá especialidades y otros médicos que con una biología adecuada puedan seguir”, ha afirmado.
En una posición similar se ha instalado CESM que ya ha defendido en las principales mesas de negociación un modelo de
“jubilación flexible del médico” que permita tanto adelantar como retrasar la edad ordinaria, siempre que la decisión sea de carácter “voluntario”. Se trata precisamente de uno de los asuntos pendientes en la
segunda parte de la reforma del Estatuto Marco, que ha quedado en pausa por el adelanto electoral.
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