El acceso al grado de
Medicina se moderniza. Ante la eliminación de la selectividad,
la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina ha propuesto la opción de implementar una prueba única para todos los
grados de Medicina, según indican fuentes de la organización a
Redacción Médica. La iniciativa, que aún en fase la inicial de su desarrollo, permitiría unificar el nivel de exigencia nacional, así como convertirse en un sustituto moderno de la
Prueba de Acceso a la Universidad (PAU).
“La
Conferencia de Decanos deberá trabajar para determinar su viabilidad. Además, hay que llegar a un consenso unánime para determinar cuál será el valor porcentual de la propia prueba, así como del expediente y de la reválida”, han precisado fuentes de la Conferencia. Sin embargo, ya hay aspectos en los que hay un acuerdo inicial. “Debe ser una prueba que se realice
en toda España el mismo día y hora. El objetivo es que todas las facultades de Medicina estén coordinadas o, al menos, la mayoría de ellas”, precisa
el decano de la facultad de Medicina de Salamanca,
Francisco Javier García Criado.
La
evaluación única, sin embargo, no estará sola. La Conferencia considera que una vez que se implemente este modelo de acceso al grado sanitario, estarán presentes todas las condiciones que faciliten la elaboración de un listado único de candidatos. Es decir, un sistema similar al
MIR, donde los candidatos escogerán dónde cursas sus estudios, según la calificación y las plazas disponibles. Una propuesta en la que han trabajado en los últimos dos años y que, a pesar de haber contado con la aprobación del
Ministerio de Educación y de la
Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), no se materializó por “problemas técnicos y divisiones políticas entre algunas autonomías”.
El
Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) está a favor de ambos proyectos de
acceso al grado sanitario. En su Asamblea General Ordinaria, del pasado 15 de abril de 2016, la representación estudiantil solicitó al Ministerio de Educación, decanos y a rectores que “se acuerde entre todas las
universidades públicas una forma de acceso y admisión igual para todo el estado, de manera que, independientemente de la comunidad de origen,
la prueba de acceso sea exactamente la misma para todos los solicitantes”.
La presidenta del CEEM,
Marina García, explica que “en caso de haber una evaluación específica para entrar a la universidad, se debe reducir proporcionalmente el peso final de las calificaciones del bachillerato, sobre la nota de admisión (en base 10), del mínimo establecido por la
Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), esto es, de un 60 por ciento a un 42.857 por ciento”. Este porcentaje corresponde al que se adjudicaba a las calificaciones de bachillerato de acuerdo con la
Ley Orgánica de Educación, cuando se realizaba parte específica (6 sobre 14). De este modo, “se reducirían las desigualdades existentes en la evaluación de los estudiantes de distintos centros de formación”.
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