A pesar de que los docentes pronostican que el porcentaje de médicos que repiten el
MIR puede descender respecto a la anterior convocatoria, esta continúa siendo una opción que se plantea un importante número de aspirantes, entre el 20 y el 25 por ciento. Una importante decisión que conduce a los candidatos a una
segunda preparación en la que, según el director académico de CTO,
Fernando de Teresa, deben dedicar
menos tiempo a la parte teórica y más al ejercicio práctico.
Según señala a
Redacción Médica, a la hora de estudiar cualquier materia, hay una primera preparación teórica que se tiene que abordar primer año “sí o sí”, en la que adquirir los
conocimientos suficientes para dominar las materias, las asignaturas y las enfermedades.
Una vez realizada esta primera fase,
“complementada con mucho trabajo práctico”, se puede reducir significativamente el tiempo destinado a la parte teórica. “No se adquieren muchos conocimientos distintos de los que previamente se habían interiorizado. Cuando uno estudia unos conceptos teóricos sobre una asignatura, se termina adquiriendo un conocimiento general”, explica de Teresa.
¿Cómo es la preparación para un repetidor MIR?
El foco de estudio de los
repetidores al MIR se debe centrar, según remarca, en el
trabajo práctico con preguntas y casos clínicos. “La Medicina se aprende viendo pacientes. Uno tiene conocimientos teóricos, pero cada paciente que ve supone un aprendizaje de una situación concreta que a lo mejor no sabías por la teoría, pero que ya se te queda grabada”, continúa.
Un aspirante que ya se ha preparado una vez el
MIR y que, por tanto, ha adquirido en la anterior preparación una serie de conocimientos teóricos, tiene la oportunidad de “profundizar y perfeccionar, sometiéndose a preguntas que le hagan abrir puertas y
salir más allá de esa zona de confort que tiene el conocimiento”.
En resumen, según las indicaciones de de Teresa, este aspirante que se enfrenta a la segunda preparación MIR tiene que seguir estudiando teoría, porque necesita seguir consolidando y aumentando esos conocimientos teóricos, pero debe dedicar más tiempo al ejercicio práctico,
haciendo y corrigiendo preguntas y sumando conocimientos.
Si en una primera preparación, por ejemplo, aproximadamente un 70 por ciento del tiempo se dedica a la teoría y un 30 por ciento a la práctica, en una segunda preparación, a la teoría se dedica un 40 o 50 por ciento y a la práctica entre un 50 y un 60 por ciento. “En nuestro
curso reMIR adaptamos totalmente la metodología a esta realidad”, recomienda.
Repetidores MIR y factor emocional
En cuanto a si implica el mismo esfuerzo y tiempo dedicación la segunda que la primera preparación, de Teresa expresa que, al tener más experiencia y un mejor manejo de los tiempos, “es más fácil encontrar un hueco para disfrutar de los momentos de ocio”. Eso sí,
“siempre dentro de una preparación exigente”.
“Al final es una competición entre miles de médicos y, evidentemente, los que trabajen más van a tener
más opciones frente al resto, siempre que ese trabajo sea teniendo en cuenta su fortaleza física, su fortaleza mental y su estabilidad emocional, que es algo en lo que en CTO trabajamos también muchísimo con los alumnos”, concluye.
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