Después de las Navidades, los aspirantes al
examen MIR 2023 se enfrentan a la fase final de la preparación. Un total de
12.629 médicos están convocados el próximo 21 de enero para pelear por una de las
8.550 plazas ofertadas por el Ministerio de Sanidad, por lo que los equipos docentes recomiendan hacer un último esfuerzo, centrarse en el día a día y confiar en la rutina de estudio, que debe ser prácticamente idéntica a la puesta en práctica durante la época navideña.
Corrección de simulacros,
estudio teórico y
evaluación son los tres pilares sobre los que se asienta la jornada de los médicos en estas dos semanas finales, especialmente relevantes porque, según
Fernando de Teresa, director académico de CTO, pueden
“marcar la diferencia”.
En declaraciones a
Redacción Médica, De Teresa incide en cómo debe estructurarse la
rutina de estudio de los candidatos al ejercicio para médicos. En primer lugar, los candidatos arrancan la jornada con la
corrección del simulacro; una tarea en la que invierten una hora y media de tiempo. “Esta corrección sirve para que empiecen el día teniendo una
visión global del conjunto de todas las asignaturas, ya que no se corrige sobre las preguntas de una asignatura, sino que se van corrigiendo de muchas de ellas y eso les sirve para ir avanzando en ese enfoque transversal del estudio que tienen que hacer”, explica el director académico.
Como experto en la preparación del MIR, De Teresa aboga por hacer un
estudio transversal, estableciendo relaciones entre las diferentes asignaturas. “Esto les permitirá
asociar conceptos de asignaturas que hasta ahora habían visto como individuales o como estructuras diferenciadas. Es hora de integrarlas y que, a base de resolver muchas preguntas tipo test, consigan avanzar en conceptos algo más complejos”, asegura.
Estudio teórico y práctico del MIR
Después de la corrección del simulacro, los aspirantes se enfrentan a la fase de
estudio teórico de la asignatura que corresponda para, a continuación, realizar la
parte práctica. En este momento de la rutina, los médicos trabajan con preguntas tipo test, material gráfico como vídeos y otro tipo de herramientas. “Esta parte, que abarca una parte de la mañana y otra de la tarde, les permitan mantener la concentración durante mucho tiempo para que no resulte un trabajo demasiado rutinario”, apostilla.
La tercera (y última) fase de la jornada diaria se centra en la
evaluación; un proceso fundamental que sirve para esbozar un diagnóstico de
cómo ha sido el trabajo que han hecho durante ese día. “Esta evaluación de 50 preguntas diarias formará parte de la colección de preguntas de las que ya disponen”, finaliza De Teresa, no sin antes insistir en la importancia de
respetar los descansos pautados.
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