Preparar el
examen MIR es una camino exigente, pero lo es aún más cuando esa ruta se alarga en el tiempo, sobre todo, para situaciones en las que, por ejemplo, un residente decide volver a presentarse a la prueba o para aquellos
aspirantes extracomunitarios que deben afrontar un
proceso de homologación que se puede extender hasta dos años. Es el caso de
Alexandra Hernández Zanatti, graduada en Perú de la Universidad de San Martin de Porres en 2020 y que, por fin, se presentará al MIR el próximo 25 de enero de 2025. Esta gestión, sumada a la preparación de un examen con un temario muy diverso y a situaciones personal, llevaron a esta aspirante a tomar una decisión importante:
contar con ayuda psicológica para preparar el MIR.
Para Alexandra, esta
no va a ser la primera vez que se enfrenta al MIR. Ya lo hizo en la convocatoria de 2024, en una época en a que asegura que sentía que tenía "muchas cosas que resolver" consigo misma antes de poder concentrarse en estudiar. "Al regresar a Perú tras el examen, me di cuenta de que jamás podría pretender estudiar adecuadamente si primero no hacía las paces conmigo misma, por lo que decidí buscar ayuda. Desde entonces
llevo mi tratamiento psiquiátrico por depresión y a su vez inicié terapias psicológicas. Cuando ya me sentí bien conmigo misma pude tomar muchas decisiones sobre mi futuro, entre las cuales estaba prepararme adecuadamente para el MIR, así que me inscribí en un curso y empecé mi preparación en abril", reconoce a este diario.
Así es como llegó a recibir el apoyo de
MIRCoach, un programa de
preparación mental para el opositor MIR que cuenta con un equipo de Psicología especializado en estos aspirantes y un equipo de exopositores MIR. En el caso de Alexandra, mantiene sesiones de una hora con su tutor donde analiza cómo está estudiando, los detalles de su rutina, tiempos, horarios de descanso, de comidas, de ejercicio y estudio. "De acuerdo a cómo él ve mi rendimiento
me dice qué cree que puedo mejorar y cómo puedo sacarle provecho a mi preparación. Por ejemplo,
para la segunda vuelta me enseñó a elaborar preguntas de repaso, me animó a hacer las
preguntas de desgloses antes de estudiar para centrar mejor mis lecturas y corrigió algunos detalles de mis correcciones de simulacros", explica.
Rutina MIR con apoyo psicológico
En cuanto a qué cambios está notando en su preparación, destaca la
concentración para el estudio, que ha dejado de perder tiempo en "detalles innecesarios" y, en cuanto a los
simulacros, siente que los hace de forma más cómoda: "
Puedo identificar en qué me estoy equivocando y qué debo corregir para seguir mejorando. Durante la segunda vuelta he podido aumentar mi número de aciertos. Ahora que he tenido una nueva sesión para enfocar la tercera vuelta me siento muy motivada por las recomendaciones que he recibido".
De cara al examen en enero, más tranquila con esta preparación, no espera un resultado concreto más que
"ser feliz" con la decisión que tome una vez rendido el examen, aunque reconoce que le gustaría estar entre los primeros puestos después de tanto esfuerzo a lo largo de la preparación: "Tengo interiorizado que, sea el resultado que sea, tengo opciones; que no me debo cerrar a ninguna oportunidad. Desde el día uno
este apoyo psicológico me preparó para todos los escenarios, pero también para no agobiarme por cosas del futuro que aún no puedo manejar".
"En Perú puedes hacer turnos de más de 36 horas seguidas, y yo quiero una vida que me permita ser feliz con mi trabajo y tener tiempo de calidad"
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Como extracomunitaria, tomó la decisión de hacer el MIR en España debido a una situación personal que le hizó conocer de golpe la realidad del sistema sanitario en Perú. "En España no tienes que ir al hospital sábados y domingos, a menos que tengas guardias; en Perú vas de lunes a domingo. En España tienes turnos de máximo 24 horas y al día siguiente te corresponde el descanso;
en Perú puedes hacer turnos de 36 o más horas de seguido porque el hospital no puede permitirse darte el descanso que te corresponde al día siguiente (como residente). En general, el estilo de vida es distinto, y yo
quiero una vida que me permita ser feliz con mi trabajo, que me permita estar tranquila y disfrutar de mis futuros hijos con tiempo de calidad", asegura.
Psicología para repetir el MIR con éxito
Ester Rodríguez Flórez es actualmente R1 de Ginecología y Obstetricia en Valladolid, pero antes ha completado su etapa de residencia completa en Neumología. "Como siempre había tenido la espinita de hacer Ginecología, porque era mi pasión,
decidí volverme a enfrentar al MIR e intentarlo", comenta a este diario. El hecho de tener como única opción esta especialidad y poder formarse al cien por cien en Valladolid, apuntaba a que el proceso iba a ser muy exigente: "Si no hubiese dado para hacer Obstetricia y Ginecología en Castilla y León, me hubiera dedicado a la Neumología,
creo que también hubiera sido feliz, pero no tanto como ahora".
Como residente que ya ha pasado por todo el
proceso MIR, asegura que es un camino "cada vez más exigente", debido al aumento de la competencia y el nivel de preparación. Su situación personal, a punto de terminar la residencia MIR de Neumología y con la opción de aceptar un contrato con muy buenas condiciones, le llevó a tomar la decisión, sumado al escaso tiempo del que disponía para estudiar por su cuenta, de
prepararse con el apoyo psicológico de MIRCoach.
"Comencé la preparación más tarde que de lo habitual y cuando me enfrenté a los manuales, la verdad es que no sabía muy bien cómo empezar a organizarme. En ese momento fue cuando conocí a MIRCoach, que tenían tanto tutores como psicólogos y aunque yo en ese momento no estaba agobiada,
preferí, de manera preventiva, contar con ellos para que me ayudasen a organizarme, entendiesen mi situación personal, me ayudaran a enfocar los manuales, a priorizar y a prevenir ese futuro agobio y ansiedad que te puede entrar", recuerda.
Para preparar el MIR de la mejor manera es "imprescindible" y "marca la diferencia", según Ester, la
atención individualizada, la personalización y el apoyo psicológico tanto para evitar que el aspirante se agobie como para gestionarlo una vez ya estás con esos niveles de estrés. "Es cierto que el MIR es más exigente, pero yo creo que cada uno somos diferentes y no solo te enfrentas a unos manuales, sino que
te enfrentas a ti mismo, a tu cabeza, a cómo gestionas tus emociones, tu frustración... Hay que entender que, el que un simulacro salga mal, es parte del proceso, pero nadie nos enseña a manejar esa ansiedad, ese agobio y esa frustración y yo creo que es importante tener a alguien que te oriente antes, durante, y después del MIR", concluye.
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