“Un debate cerrado”. Así ha denominado la decana de la facultad de Medicina de Islas Baleares, Margarita Gili, la polémica sobre la apertura de la nueva facultad y el efecto que ocasiona en el equilibrio de los númerus clausus y en el continuo formativo. “En las últimas semanas hemos visto cómo algunas instituciones que se posicionaron en contra de la apertura ahora nos ofrecen su apoyo, comprendiendo que 60 plazas no afectan a todo el sistema de formación sanitaria”, precisa a Redacción Médica.
Gili se ha mostrado optimista con los resultados obtenidos. “Hemos recibido casi 1.900 preinscripciones para solo 60 plazas ofertadas, de las que unas 800 son estudiantes que provienen de Islas Baleares. Esto demuestra el interés en nuestra facultad”, ha recalcado la decana. En este sentido, ha destacado las aproximaciones que están previstas con los grupos que, inicialmente, se mostraban contrarios a la apertura de la facultad, como es la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, en la que solicitará su incorporación, y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).
Al mismo tiempo que la decana intenta normalizar la situación, también avanza en todos los requisitos para el funcionamiento de la facultad. “Estamos en el proceso de contratar al equipo docente para contar con todo el profesorado necesario para el primer año”, ha aclarado. Para Gili, la facultad de Medicina de Islas Baleares es una más, por lo que el centro debe estar en garantizar el mejor nivel formativo de sus estudiantes.
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