Una hoja de ruta inalterable. El
Ministerio de Sanidad considera prioritario, en materia de
formación especializada, definir cuál será el nuevo modelo a implementar, después de que el Tribunal Supremo tomase la decisión de anular el Real Decreto 639/2014, por el que se regulaba la
troncalidad. Una decisión en la que será fundamental la opinión de las comunidades autónomas en el
próximo Consejo Interterritorial, donde se valorará la opción de retomar un sistema troncal o, por el contrario, solo hacer una modernización de los programas y de los sistemas de acreditación docente.
Fuentes del Ministerio de Sanidad han asegurado a Redacción Médica que definir cuál será el futuro modelo de formación sanitaria especializada es el primer paso a dar, por lo que quedan, momentáneamente, pausadas otras decisiones como establecer cuáles serán las
especialidades que se formarán o se fusionarán. “Cuando tengamos claro ese dilema, entramos en materia de qué especialidades hay que crear y cuáles no”, afirman.
“Una vez conocido el
escenario autonómico en relación con la troncalidad, se podrá pedir que las comunidades realicen una estimación del coste que supondría la incorporación del nuevo modelo de formación sanitaria especializada”, indican desde el Ministerio. En este sentido han recordado que, “cuando se propuso la primera vez, solo una autonomía dio a conocer su rechazo a la modernización del MIR. Ahora, el mapa político ha cambiado en las comunidades, haciendo que sea fundamental apostar por el consenso de la mayoría, logrando que se avance en el proyecto, en lugar de estar en un constante conflicto que solo conllevará a retrasar los esfuerzos realizados”.
El Ministerio de Sanidad está preparado para hacer frente a ambas situaciones. Si sale a favor una reactivación de la ‘nueva troncalidad’, existen unos procesos adelantados que se podrán aprovechar con sus revisiones y ajustes pertinentes. De lo contrario, la gran mayoría de las especialidades cuentan con un borrador de un nuevo programa elaborado a partir de competencias y adaptados a las nuevas necesidades del Sistema Nacional de Salud (SNS) y de los pacientes. En ambos casos, habrá cambios que buscarán que los futuros especialistas estén más formados y habilitados para asumir los retos sanitarios de España.
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