Después del negativo resultado de la adjudicación de
plazas MIR 2022, que se ha saldado con
217 puestos sin dueño, la gran mayoría en el área de
Atención Primaria, docentes y estudiantes reflexionan acerca de los posibles motivos que han propiciado este elevado número de bajas, además de buscar soluciones para que la situación no se repita en las siguientes convocatorias. Una de estas vías para reducir el número de vacantes podría ser la
rebaja de la nota de corte. Una alternativa que, según pudo saber
Redacción Médica, el Ministerio de Sanidad y las CCAA más castigadas están estudiando.
Según explica
Pilar Sánchez, directora de Relaciones Institucionales de CTO, la
nota de corte del examen MIR se marca haciendo una
media aritmética con los diez mejores ejercicios, de la que se extrae el 35 por ciento; una nota que este año se ha establecido en las
177 puntos. “Se queda un número importante de aspirantes que no ha pasado el corte, sin opción a elegir”, señala.
Además de reducir esta nota de corte, Sánchez destaca otros tres puntos que podrían haber influido en los malos datos cosechados en la convocatoria: el
sistema de elección de plazas por medios exclusivamente telemáticos, “por no ser a tiempo real”, el
cupo de extracomunitarios y el simple hecho de que al aspirante no le guste la especialidad finalmente adjudicada.
“Hay médicos que les encanta la especialidad. De hecho, el aspirante 35 ha escogido
Familiar y Comunitaria. Pero también hay gente a la que no le gusta la especialidad, por las rotaciones, el programa formativo o las salidas. Es muy lícito y toman la valiente decisión de
repetir el MIR”, explica Sánchez.
¿Por qué los MIR no eligen Familia?
Sin embargo, no todos creen que una reducción del corte sea la solución para acabar con las plazas desiertas.
Jaime Campos, director de AMIR, considera que la nota garantiza que los aspirantes que optan a plaza tengan unos
conocimientos mínimos y que, además, esta está en sintonía con las capacidades de los médicos y la dificultad de la prueba. Por ello, pone el foco en las condiciones que, en estos momentos, ofrece el campo de Atención Primaria.
“Lo que ha ocurrido es fruto de la
desconexión que existe entre la oferta laboral y la formación de especialistas. La formación en Medicina Familiar y Comunitaria es un referente en muchos países de nuestro entorno, pero el problema está en lo que ocurre cuando el residente ha finalizado la residencia, que influye notablemente a la hora de escoger especialidad”, subraya Campos.
No obstante, coincide en que, si el sistema de elección fuera en tiempo real, "se evitarían estas posibles circunstancias". “Aún así, el número me parece muy elevado para que únicamente se justifique por el método de elección”, continúa, insistiendo en las condiciones de los médicos de Familia al terminar la formación: “Después de invertir mucho tiempo y esfuerzo, los médicos buscan las mejores condiciones posibles”.
Al igual que campos,
Luciana Nechifor, presidenta del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM), cree que el principal problema radica en el
abandono de la Atención Primaria, además del método de elección implantado por el departamento de Carolina Darias. “Si no se producen cambios, esto va a seguir ocurriendo y es algo que va a ser muy difícil de gestionar”, lamenta Nefhifor.
Asimismo, la presidenta del estudiantado de Medicina asegura ser partidaria de una
segunda ronda para poder cubrir el máximo número de plazas posibles. Una repesca de la que también se muestran a favor desde AMIR y CTO.
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