MIR en la privada: menos especialidades, pero con más estabilidad laboral

El perfil profesional de los residentes mantiene el mismo nivel de calidad, indiferentemente de haber cursado la especialidad en la pública o en la privada

Viernes, 19 de febrero de 2016, a las 19:25
José A. Puglisi / Imagen: Cristina Cebrián y Joana Huertas. Madrid
Una mayor estabilidad laboral. Esa es una de las ventajas que ofrece a los MIR el cursar su especialidad en los centros privados. La menor presencia de residentes hace posible que los centros de salud tengan mayor flexibilidad para contratar talento y conservar en la organización a los propios médicos que, durante años, ha formado y de quienes han sido testigos de su evolución y desempeño profesional. No obstante, los opositores a una plaza MIR admiten que existe un gran desconocimiento de los centros privados, por lo que agradecería una aproximación que les facilite la elección tanto de la especialidad como del lugar donde cursarla.

José Luis González, director de Docencia de HM Hospitales, y Enrique Lázaro, opositor MIR y expresidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM).


José A. Puglisi, periodista de Sanitaria2000: ¿Cuáles son los factores primordiales a considerar al momento de escoger especialidad y centro?

José Luis González, director de Docencia de HM Hospitales: El MIR es un momento único para la vida de cualquier médico. Las variables que se manejan, o que yo manejé cuando me presenté al MIR, son muchísimas. Desde la ubicación, en cuanto a la localización geográfica donde iba a ejercer esa formación especializada, hasta la propia especialidad.

Usualmente, o al menos en mi época, se llevaba una especie de listado con preferencias. Un poco según la ciudad y la especialidad y, con esas variables, se sumaban otras como la nota y del expediente. Me acuerdo que, en su momento, contaban bastante más de lo que cuentan ahora, por desgracia. Siempre con mucha ilusión y con muchísimas ganas de empezar a trabajar como médico, pero son las variables que fundamentalmente manejaba.

Enrique Lázaro, opositor MIR y expresidente del Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM): Evidentemente, miras básicamente la especialidad y, luego, la localización. Hay gente que no le renta moverse de su ciudad por diferentes motivos, pero hay otra a la que sí.

También se valora qué opciones ofrece ese centro actualmente, ya que, estamos más informados y sabemos que en unos se ven ciertas técnicas que en otro no, y a lo mejor a alguien le interesa algo en concreto. Asimismo, se valora el tema de la investigación y la docencia.

Se siguen haciendo las listas de antes, pero también se hace otra de preguntas para los residentes en las jornadas de puertas abiertas. Es una buena oportunidad para indagar sobre el ritmo de trabajo, el ambiente y la carga asistencial. Son cosas que se preguntan porque, evidentemente, son cinco años de tu vida y contar con unas buenas condiciones laborales es algo que siempre se agradece.

José A. Puglisi: En el ámbito privado, ¿cuáles son las características que valoran positivamente un opositor MIR?

José Luis González: Hay oferta privada ya muy consolidada, de años ofreciendo plazas para formación especializada, y otras que tienen menos tiempo, menos recorrido. Aquí en Madrid, hay poco rodaje en cuanto a la formación MIR. En HM Hospitales se han formado al completo dos promociones de especialidad, lo cual nos hace ver que tenemos realmente mucha diferencia con los centros públicos que tienen ya muchísimo más rodaje, como el Gregorio Marañón, Ramón y Cajal, y La Paz, entre otros. Son hospitales que tienen un gran volumen de residentes, entre 400 y 500 por cada uno y muchos años de experiencia.

En la oferta privada lo que intentamos es, primero, llevar el proyecto con muchísima ilusión, e intentar ofrecer a los futuros residentes lo mejor de nosotros mismos. También es verdad que jugamos con cierta ventaja, porque al no tener tanto volumen de residentes, podemos ofrecerles, dentro de las escasas especialidades que tenemos acreditadas, lo mejor de nuestros profesionales y todo el tiempo que necesiten en cuanto a formación. Nosotros, que nos hemos formado en hospitales públicos, conocemos perfectamente que en ellos hay tal volumen de residentes y de carga asistencial, que a veces es difícil centrarse exclusivamente en la formación de los futuros especialistas.

Esta pequeña ventaja nos permite poner el acento en hacer una tutela lo más efectiva posible al residente, ofreciéndole todos los recursos y, desde luego, poniendo en el centro la formación del futuro especialista. El tiempo nos va a ir dando o quitando la razón, para conocer si hemos hecho un buen programa y una buena formación de la residencia. En ese sentido, nuestra pequeña experiencia es muy gratificante y contamos con la suerte de que hemos podido rescatarles después como especialistas y forman parte de nuestra plantilla.

Cuando me formé en el Ramón y Cajal, éramos 500 residentes los que terminábamos y no había opción, tenías que buscar un poco la vida en ese sentido. Eras especialistas, estabas en Madrid, una ciudad grande, con muchísima oferta sanitaria, pero en realidad no había mucha oferta laboral.

José A. Puglisi: ¿Estos beneficios son percibidos por los opositores al momento de escoger una plaza?

Enrique Lázaro.

Enrique Lázaro: La verdad es que no tenemos a la privada muy presente a la hora de elegir una plaza. Cuando se ve a los números más pequeños del MIR, siempre escogen antes un hospital público, como el Gregorio Marañón, o Ramón y Cajal. Ir a un hospital privado, normalmente, es una alternativa.

Por ejemplo, este año había 72 plazas de hospitales privados, de las cuáles 27 eran con un sistema normal, y 45 eran de sistema éste de doble conformidad. Por lo que si un opositor quiere una especialidad muy demandada y duda si le llegará la puntuación es una buena opción ir a un centro privado, pero no es una información que nosotros los estudiantes tengamos de entrada, porque nos hemos formado casi todas las promociones de ahora en hospitales públicos.

Nuestro desconocimiento por la privada es importante. Conocemos, por ejemplo, casos concretos, como la Clínica Universidad de Navarra, que es un centro de referencia y lleva muchos años. En Barcelona, de donde provengo, conocemos nuestros centros donde hacer ciertas especialidades, porque son hospitales monográficos, pero por lo demás estamos igual de desinformados. Pero también estamos desinformados cuando vamos a preguntar hospitales públicos de otra ciudad.

Ante la falta de información, no tenemos tanto esa visión de si hay muchos pros o contras. Sin embargo, nos atrae del sistema público que, a pesar de que una poca carga asistencial ayuda a la tutorización, la elevada carga asistencial te asegura que en algún momento vas a aprender. O sea, lo valoramos todo como una balanza, porque todavía no hay lados positivos y lados negativos.

José Luis González: En cuanto a la carga asistencial, atendemos a más del 30 por ciento de la población de la Comunidad de Madrid en los centros privados. Además, en nuestro servicio de urgencias y servicios hospitalarios contamos con más de 1.000 camas ahora mismo en la Comunidad de Madrid. En este sentido, quiero dejar claro que el residente va a recibir una buena formación, porque obviamente conocemos lo que supone un plan de formación especializada, que además lo marca el Ministerio de Sanidad, siendo él quien nos acredita o no. Para nosotros es un orgullo que nos acredite, porque eso significa que estamos capacitados para formar.

El feedback que recibimos de nuestros residentes es muy bueno, y también conocemos la impresión que tienen nuestros residentes actuales que coinciden en congresos o en actividades evidentemente de investigación, con residentes de hospitales públicos. En realidad, la impresión es bastante buena. Entonces nos sentimos  bastante tranquilos, porque parece que vamos por buen camino y, desde luego, entendemos que siempre hay posibilidades de mejora.

José A. Puglisi: ¿Qué esfuerzos se podrían hacer para que la información llegue a los MIR?

José Luis González: Lo que dice Enrique es bastante cierto, el entorno privado es bastante desconocido. Desde hace unos años, la actualidad ha cambiado bastante. Es decir, los hospitales privados ya no son esos hospitales regentados por servicios religiosos o, como se les decía cariñosamente, los hospitales de monjitas. Al contrario, son hospitales con unas infraestructuras comparables a las de cualquier hospital público, con tecnología de último nivel y donde el residente va a ser formado con total seguridad de que va a recibir la mejor de las formaciones.

También tenemos la constatación que nos ofrece recibir muchas solicitudes por parte de hospitales públicos de toda España e internacionales, para formarse específicamente en nuestras unidades, lo cual nos hace ver lo bien que lo debemos estar haciendo.

Enrique Lázaro: Como en cualquier momento de elección, simplemente se trata de informarse a través de los Colegios de Médicos, por ejemplo. También se podrían hacer ferias de hospitales para conocerles, así como se hace con las de especialidades, donde se indica más qué es la propia especialidad que el lugar donde de cursa.

Al ser tantos opositores debe salir del propio opositor ir a preguntar al hospital que le gusta, o al hospital que más o menos cree que se acerca a sus características. Optar por otros modelos es complejo, por cómo está el sistema montado, donde tienes que ir tú a informarte por iniciativa propia.

José A. Puglisi: ¿Existen diferencias entre el perfil del residente de la privada y de la pública?

José Luis González.

José Luis González: El perfil es similar, debido a que el plan de formación lo sella y acredita el Ministerio de Sanidad. Ninguno se puede salir de las instrucciones que da el Ministerio, que da la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid respecto al plan de formación que es estipulado para cada especialidad. En ese sentido, transmitir la tranquilidad de que es exactamente el mismo que podían recibir en un hospital público. Con, quizás, una única diferencia en cuanto a la tutela, que es un poco donde podemos conseguir ser más eficientes.

Ante las dudas sobre diferencias de salarios o beneficios, cada comunidad autónoma tiene transferida las competencias, donde se establece el salario del residente, lo que cobra por una guardia, tanto laboral como de festivo, como de día especial. Todo eso está estipulado en el Boletín Oficial de la comunidad y nosotros solo aplicamos exactamente ese mismo baremo.

En cuanto a actividades de investigación y docencia, también son iguales, ya que también formamos a alumnos de Medicina. Tenemos un convenio con la Universidad San Pablo CEU, mediante el cual los alumnos de la Facultad de Medicina de esa universidad, se forman en nuestros hospitales. Nos ha pasado que muchos de ellos nos han elegido para obtener su plaza MIR, siendo motivo de orgullo, porque ya nos conocen, podrían conocer nuestras debilidades y nuestras fortalezas, y sin embargo, deciden optar por hacer la especialidad con nosotros.

José A. Puglisi: ¿Cuáles son las especialidades que destacan dentro de los centros privados?

Enrique Lázaro: Creo que es simplemente coger la lista de los hospitales y ver qué ofrecen. Pero las que más recuerdo son Traumatología y Ginecología, que son las dos que más oferta tienen y cuentan con un volumen más importante de este tipo de pacientes en un hospital, porque el Ministerio no va a acreditar un centro de formación que no tenga la seguridad de que se va a formar bien un residente.

También hay oferta en Cirugía General, así como casos concretos, como en Barcelona, donde está el Hospital Monográfico de Oftalmología y el Hospital Monográfico de Urología. Al que se suma la Clínica Universitaria de Navarra, que tiene de todo.

José Luis González: Ahora mismo tenemos acreditadas Pediatría, Medicina Interna, Oncología Radioterápica, y Ginecología y Obstetricia. Estamos a la espera de obtener la acreditación en Medicina Nuclear, Cirugía General, Oncología Médica, Traumatología y Radiología, pero sabemos que es un proceso largo y complejo, y bueno, seguiremos trabajando en ese sentido.

Evidentemente, el residente tiene que ver que cuanto más complejo sea el hospital, más va a poder aprender, porque son unos años en los que va a tener que recibir la máxima formación posible para luego ejercer su especialidad. Entonces, cuanto más complejo y más especialidades haya en ese hospital, y menos necesidad haya de hacer rotaciones en otros hospitales por déficit, mucho mejor. En ese sentido, la oferta que nosotros vamos dando a los nuevos residentes es una oferta consolidada y completa.

José A. Puglisi: ¿Qué aspectos de mejora en la formación del residente consideran necesarias?

Enrique Lázaro: A los centros y al Ministerio les pediría muchas cosas. A los centros les pediría que, aunque los planes formativos estén delimitados por Sanidad, se hagan esfuerzos por detallar y homogeneizar los planes docentes propios de cada centro, que es un poco adaptar ese plan general al hospital, a las rotaciones y demás.

Con respecto al tutor, ya hay la figura del tutor, pero no se sabe muy bien cómo se tiene que hacer el tutor. Una persona que es tutor no se le quita carga asistencial por hacerlo. Asimismo, la evaluación, ¿cómo se evalúa al residente?.... Todos esos puntos quedan un poco en el aire y es cada centro quien los aplica con su buen criterio. Estaría bien que con la troncalidad quedara un poco más definido, por la transparencia del sistema y por la claridad de los opositores.

Les pediría afinar el sistema, ser más detallistas con las evaluaciones y con las tutorizaciones, plasmarlo. No dejarlo al aire, que cada uno haga lo que más o menos pueda. Hay cosas que tienen que hacerse y pediría unos mínimos más altos de exigencia.

José Luis González: Las reglas del juego las establece el Ministerio y la Consejería de Sanidad correspondiente. Cuando por fin salga la troncalidad, desde la Consejería se darán las instrucciones correspondientes para que todos los centros actualmente acreditados en el plan no troncal, pasen a ser centros troncales, pero todavía no se han dado esas instrucciones y no nos han dicho cómo vamos a hacer esa adaptación.

Hay también muchas especialidades que están impugnando el sistema de troncalidad y creo que hasta que no queden resueltas todas esas divergencias, no va a haber realmente un plan a seguir o una ruta que nos indique: vamos a tener que hacer esos ajustes o estos otros.

El cambio, evidentemente, tiene que servir para mejorar, porque nuestro sistema ya es muy bueno. La sanidad en nuestro país es muy buena, hay centros donde se ofrece una formación estupenda, los residentes son especialistas muy bien considerados, tanto en nuestro país como en el extranjero y entonces está claro que se están haciendo muy bien las cosas, pero evidentemente, el sistema no puede quedar así, hay que intentar mejorarlo porque seguro que hay debilidades que se pueden mejorar.

José A. Puglisi: No se puede pasar por alto el tema de las salidas laborales, ¿qué opinión tienen de la frase: formar en la pública para trabajar en la privada?

Enrique Lázaro: El gran problema que tienen los jóvenes médicos ahora es la falta de oportunidades laborales. No tanto nosotros, que entraremos y, al menos, durante cinco años estaremos en un sistema con un sueldo fijo y unas condiciones determinadas.

El verdadero problema es cuando sales, como le ha sucedido a quienes han terminado la especialidad hace tres o cuatro años y viven trabajando en precario. Esto es una realidad y ya los jóvenes especialistas trabajan a base de guardias y de rellenar pequeñas bajas. Y claro, eso tampoco, porque llega un momento, con mínimo 30 años, que ya no son unas condiciones laborales óptimas.

La cuestión es que hemos vivido un momento de recesión económica, se han hecho muchos recortes en la asistencia pública, se ha maltratado bastante a la sanidad pública, y entre ellos salarios, entre ellos renovar contratos, entre ellos contratar a nueva gente. Y, quizás, por ello haya esa impresión de que los residentes se van a la privada, porque, allí hay ofertas de trabajo estables y tras no tan estables, pero como mínimo hay trabajo.

Espero que la gente se forme en la pública, también en la privada, para trabajar en la pública y en la privada, no para trabajar solamente en un sector porque también hay gente que no puede disponer de recursos para atender una cobertura privada y tiene que estar muy bien atendida en la pública.

José Luis González: El residente tiene también que tener la capacidad de poder elegir, porque estamos hablando de que es un médico que sale al mercado laboral con casi 30 años. Es decir, son los profesionales, probablemente, mejor cualificados de este país, y sin embargo, el tratamiento que reciben posterior a la obtención de su especialidad, desde mi punto de vista, no parece muy coherente.

Más que entrar en un debate sanidad pública-privada, que a mí nunca me ha gustado mucho, el objetivo es una buena sanidad. La meta es que entre todos construyamos la mejor sanidad posible y que tanto el paciente como el médico puedan elegir dónde ejercer su profesión y valorar las variables que considere oportunas porque estamos hablando de una profesión liberal. Y si hubiera otra oferta que no se llamase ni pública ni privada, eso creo que enriquecería también. Es mi punto de vista.

José A. Puglisi: ¿se podría entonces asegurar que en la privada hay mayor estabilidad desde el punto de vista laboral?

José Luis González: Cuando terminé la residencia en Ramón y Cajal, allá por el año 99, todavía no había una masificación de las especialidades en Madrid. Sin embargo, no tuve opción de quedarme a trabajar. Más bien, la opción que me daban era hacer alguna guardia o encargarme puntualmente de algún pico asistencial concreto. Pero tenía 29-30 años y quería estabilidad para poder formar una familia, por lo que no podía estar a expensas de que me ofrezcan un contrato inestable de interino, que no va a ser algo fijo.

En este sentido, la sanidad privada sí que puede ofrecer esa estabilidad al médico, tanto al que se ha formado como el que ya está formado y quiere trabajar con nosotros, independientemente de que puede tener muy claro que la profesión la va a ejercer y con total libertad y en unas condiciones que considero que está muy bien.

José A. Puglisi: ¿cómo creen que será el panorama dentro de 20 años?

José Luis González: El camino o la ruta que están siguiendo los centros privados es intentar conseguir el máximo número de acreditaciones posibles. Si el Ministerio de Sanidad nos la da, estupendo; sino, seguiremos luchando y presentando año tras año las solicitudes, porque nosotros sí creemos que contamos con los requisitos que se nos exigen.

Entonces el objetivo será, fundamentalmente, formar parte de la sanidad general y utilizar otros medios para que los residentes nos conozcan, porque también me he dado cuenta de que hay un gran desconocimiento de los hospitales privados.

Enrique Lázaro: Es cierto que hay ciertos hospitales privados que han empezado con la docencia hace poco, pero tenemos casos de hospitales que llevan bastante tiempo. Es decir, lo que quieren los hospitales es tender hacia ello. Un hospital bueno, de tamaño medio-grande, con muchas especialidades acreditadas, supongo que todos que quieren tender es hacia ello.

Personalmente barro un poco para la pública, que también se empoderara a la pública y también fuera competitivo sin tener que ser privado. La oferta pública puede ser competitiva, puede ser eficiente, puede ser lo que queramos ser, si queremos que lo sea, lo será. Entonces lo que me gustaría a mí de aquí a 20 años, es que formemos especialistas geniales en todos los sistemas, para trabajar en pro de la asistencia que damos aquí, tanto en pública como en privada.

RONDA DE CONCLUSIONES:

Conclusiones.

José Luis González: Fundamentalmente, pondría el acento en dejar claro que no creo existe un enfrentamiento público-privado. Lo que hay por parte de los pacientes en general y la población es una gran preocupación porque el sistema sanitario sea lo más eficiente posible a la hora de atenderles.

Hay mucha preocupación porque evidentemente los recortes hacen temblar un poco esos cimientos, y a mí me gustaría transmitir un mensaje de tranquilidad en ese sentido, porque creo que el sistema público es un sistema excelente, que es de los mejores del mundo, y que desde luego para nada tiene que estar, en absoluto cuestionado.

Sinceramente, parece que se intenta demonizar un poco a la privada. Cada vez que se habla de privatización de algo, se trata como que si esto va a ir al traste. Cuando no tiene por qué ser así, ya que hay centros públicos excelentemente gestionados, centros privados excelentemente gestionados e igual en ambos  ejemplos de centros que no están bien gestionados. Lo que habrá que hacer será gestionarlos adecuadamente y que el beneficiado sea el profesional que se está formando y, en definitiva, el paciente.

Debate completo.

Enrique Lázaro: Hay tantos ejemplos de tantos hospitales buenos y malos en todos los lados, que será muy difícil dar una doctrina, dar una norma. A mí personalmente me gustaría mucho que el sistema público no estuviera recortado. Evidentemente, sabemos cómo está la situación y no vamos a entrar más en ello ni tampoco un debate público-privado. Pero bueno, creo que una cosa muy positiva que tiene el sistema público, es la equidad, que una persona entra por la puerta por el hecho de ser una persona, no por el hecho de tener un seguro. Y creo que eso es una cosa que no debemos olvidar.

En cuanto a la formación, me parece bien que los hospitales privados participen en la formación, al fin y al cabo están dando una asistencia y son oportunidades formativas que los jóvenes tenemos. Me parece bien que participe en el sistema, evidentemente con todos los mecanismos que pone el Ministerio para acreditar. Pero sin olvidar que hay un gran número de pacientes que se tratan en la pública y esos pacientes también necesitan buenos profesionales y que tengan buenas condiciones laborales para poder continuar dando asistencia a la base de la población, a toda la población posible.

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