El primer año de residencia no afecta por igual a ellos que a ellas. Según el último ‘
Estudio longitudinal sobre la salud, estilos de vida y condiciones de trabajo de los MIR’ de la
Fundación Galatea, el 9,2 por ciento de las mujeres presentan infrapeso al iniciar su trayectoria profesional como sanitarias. Una situación que no se da en los hombres, sino todo lo contrario: hay un 8,8 por ciento más con sobrepeso.
En este sentido, el informe detecta que durante el transcurso del primer año de residencia se produce
una fuerte caída de la práctica deportiva y de otras actividades físicas por parte de los MIR, “lo que parece estar relacionado con las exigencias laborales y formativas que se incrementan en ración con la etapa de estudiantes de licenciatura”, asegura el documento.
Asimismo, probablemente la
disminución de los niveles de satisfacción con el tiempo de ocio y con familiares y amigos esté relacionada con esta reducción de la actividad física. De hecho, el 44,8 por ciento de los MIR manifiesta
haber trabajado más de 40 horas durante la última semana y un 25 por ciento considera que el tiempo de trabajo en el centro es excesivo. “Posiblemente la percepción de excesiva carga laboral explica que el 73 por ciento de estos profesionales considere que el tiempo disponible para estudiar fuera del centro es insuficiente”. En cambio,
solo un 5 por ciento considera que el tiempo de asistencia directa a pacientes es excesivo.
En lo que respecta al tiempo dedicado a las guardias, se observa que es excesivo para un 24,5 por ciento, mientras que un 10,3 por ciento lo consideran insuficiente. Una tercera parte (32,5 por ciento) de los MIR considera que el tiempo dedicado a las sesiones clínicas y formativas es insuficiente y
un 39,8 por ciento cree insuficiente dedicado a las tutorías. A pesar de esto, el 88,4 por ciento cree que ha alcanzado los objetivos docentes del primer año de residencia.
6 de cada 10 MIR se automedican
Pero la condición física y el tiempo que pasan dentro del hospital no es lo único del estilo de vida de los MIR que analiza este estudio. Según este escribo, a lo largo del primer año de residencia se observa
una disminución significativa en la valoración autopercibida del nivel de salud –pero no se concreta en un aumento de los trastornos crónicos declarados, sino más bien a sensaciones difusas de malestar relacionadas con síntomas poco específicos de estrés-.
Por ello,
aumenta la ingesta de medicamentos y, sobre todo, la automedicación. Los profesionales que han tomado fármacos por iniciativa propia (no prescritos por otro médico) pasan del 53 por ciento al inicio de la residencia al 64 por ciento al acabar el año. Asimismo, la presencia de niveles elevados de estrés se refleja tanto en el
incremento del uso de psicofármacos como en el aumento del indicador de riesgo psicopatológico. De esta manera, se constata un incremento significativo del consumo de ansiolíticos (del 3,5 al 7,4 por ciento) y de antidepresivos (del 2,6 al 7,2 por ciento).
A esto hay que sumar que, al iniciar la residencia,
había un 13 por ciento de profesionales MIR que dormían menos de 6 horas. Un porcentaje que se incrementa hasta alcanzar el 41 por ciento al acabar el año, siendo este uno de los indicadores que más negativamente evoluciona en este período, constata el informe.
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