Una joven se para frente a su clase para exponer. Parece una práctica más en la facultad de Medicina, pero no lo es. Al terminar su ponencia, el docente ignora cualquier parte del contenido expuesto y, sin quitarle la mirada de encima, le indica: “tienes el don de captar la atención. Solo tu movimiento de cadera me ha trasladado a un cabaret de puerto”.
Aunque ha preferido no revelar su nombre, la estudiante ha decidido dar a conocer su historia para evitar que el machismo se extienda en los espacios destinados a la preparación de la próxima generación de profesionales sanitarios. Su caso, sin embargo, no es el único. Una de sus compañeras vivió una situación similar en las prácticas clínicas. Específicamente ocurrió al intentar, junto con dos alumnas más, hacer una historia clínica de un paciente, lo que generó las quejas de un médico de la planta, quien les terminó diciendo: “Siendo tan guapas y jóvenes, no entiendo cómo no les obligan a acostarse con los pacientes”. El listado no se queda ahí.
Una de las prácticas más comunes es intentar limitar la elección de una especialidad a las mujeres, argumentando que no podrán hacer frente a sus responsabilidades en el caso de querer formar una familia o de quedarse embarazadas. “Estábamos en prácticas de quirófano y el cirujano me preguntó cómo era posible que quisiera optar por una especialidad quirúrgica, cuestionándome sobre qué haría con mis hijos o qué pensaría mi esposo si se entera que gano más dinero que él”. El machismo en las facultades de Medicina no solo afecta a las mujeres.
Algunos de sus compañeros también han tenido que ser testigos de comentarios de los que están totalmente de acuerdo e incluso, en el caso de sentirse mal durante una de las intervenciones o prácticas clínicas, escuchar por parte del docente “eres una nenaza, sé un hombre y quédate en el quirófano”. Con el objetivo de erradicar el machismo de la formación sanitaria, el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM) ha lanzado una campaña de concienciación llamada #MedicinaFeminista.
Marina García, presidenta del CEEM, sostiene que “no podemos seguir silenciando la violencia sistemática a la que estamos sometidas durante nuestra formación”. De ahí que considere “el mensaje ha de ser claro: lo importante es que nos demos cuenta de que nuestras dignidades se están viendo minadas por la persistencia de un sistema patriarcal que condiciona actitudes que todavía seguimos poniendo en duda. El machismo tiene que ser combatido por todas y todos”.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.