Los médicos prescriben la duración de su vida. Los sanitarios son los profesionales más proclives a cometer suicidio, según la información revelada en el estudio Depresión y suicidio’, liderado por Louise B. Andrew, jefa de edición del Medline. En total, estima que unos 400 médicos se quitan la vida cada año en Estados Unidos, lo que equivale a “toda una facultad de Medicina”.
La tasa de suicidio supera a otra profesiones altamente reguladas como es el caso de las fuerzas policiales, militares y abogados o profesionales judiciales, quienes están entre los grupos más afectados, tanto por los efectos del estrés diario como por la baja disposición a enfrentar abiertamente su depresión por considerar que podría generar una serie de estigmas que perjudicasen su trayectoria profesional.
Entre médicos, los especialistas que han registrado una mayor prevalencia de cometer suicidio son los psiquiatras, otorrinolaringólogos, cirujanos, anestesistas y dentistas. Las edades más propensas para realizarlo se sitúan entre los 45 a 64 años de edad, mientras que el segundo grupo más común tiene entre 18 y 24 años.
La investigación revela que las causas más comunes para tomar esta decisión están vinculadas con la depresión, insatisfacción profesional, estrés laboral, acceso a drogas letales, jornadas de trabajo con más de ocho horas, ansiedad excesiva y problemas psiquiátricos. Sin embargo, precisa que no se trata tan solo de un problema profesional, sino que también afecta a los estudiantes de las facultades y residentes, quienes cuentan con una tasa de depresión que oscila entre el 15 y 30 por ciento.
En Estados Unidos el 9,4 por ciento de los estudiantes de Medicina de cuarto año ha experimentado pensamientos de suicidarse durante su etapa de formación, prácticas y residencia, momentos en los cuales tradicionalmente con gran carga de tensión porque desarrollan varias tareas simultáneamente y tienen un largo horario de trabajo.
El suicidio es, después de los accidentes, la segunda causa de mortalidad entre los estudiantes y residentes de Medicina. El problema no radica exclusivamente a Estados Unidos, ya que en otros países como Australia se han realizado una encuesta a 50.000 médicos y estudiantes que demostró el aumento acelerado de los trastornos psicológicos y tendencia suicida entre los profesionales y futuros sanitarios.
El estudio recalca que, a pesar de que los médicos cuentan usualmente con la capacidad de controlarse con aspectos vinculados con el tabaquismo y otros factores de mortalidad temprana, suelen restar importancia al tratamiento de la depresión, a sabiendas de que es una de las principales causas de la morbilidad y mortalidad. Asimismo, indica que los conocimientos sobre el funcionamiento del organismo es, en algunos casos, un impulsor de pensamientos suicidas.
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