No todos los hospitales cumplen las condiciones para ser universitarios. La Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina ha revelado, en su última asamblea, la necesidad de establecer unos parámetros básicos que permitan establecer cuáles centros de salud cumplen con los requisitos imprescindibles para formar a los estudiantes que cursan el grado sanitario. En este sentido, están trabajando en un documento que resuma los aspectos fundamentales, “indiferentemente de los intereses políticos de un partido o de una comunidad autónoma”.
El presidente de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina, José Luis Álvarez-Sala, critica que “hay hospitales que, aún en su fase de construcción y sin estar operativos, ya ponen en los carteles que será un centro universitario, una situación que no consideramos que sea favorable a la calidad formativa de los estudiantes de Medicina”.
Según explica, de hacerse un balance general de los hospitales universitarios actuales, no todos cumplirían con lo establecido en el documento que se está realizando, por lo que no descarta dotar de un plazo de adaptación para cumplir con los mínimos y conservar el título de universitario. Sin embargo, aún no se ha definido cuánto sería un período idóneo para permitir la adaptación de los hospitales.
Los cambios, sin embargo, pasan por otro aspecto clave: cambiar al organismo que está encargado de entregar el título de universitario a un hospital. Actualmente, es una tarea de las Consejerías de Sanidad de cada autonomía, pero los decanos consideran que será más objetivo si se lleva a cabo por “una comisión independiente donde participen todos los representantes de los sectores interesados y no solo las comunidades”.
Promoción docente
En la asamblea de la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina se ha abordado propuestas clave para el futuro de los docentes. Una de las más importantes ha sido la iniciativa de crear un estatuto para el personal docente investigador que permita definir todas competencias y funciones, aunque Álvarez-Sala ha precisado la necesidad de crear una nueva categoría para el personal docente investigador vinculado, donde se ponga en relieve su apuesta por la gestión, docencia y labor clínica.
Al mismo tiempo, se ha mostrado un rechazo unánime al nuevo baremo para acceder al cuerpo de profesores titulares universitarios que ha creado la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), considerando que “está muy alejado de la realidad de los sanitarios y demostrando un completo desconocimiento sobre cómo la investigación no es el único aspecto a valorar, sino también la asistencia clínica”, han precisado los decanos.
Continuo formativo
La oportunidad también ha permitido avanzar proyectos relacionados con el continuo formativo, como la liberación de asignaturas del sexto año del grado (permitiendo que los alumnos se centren en las rotaciones y el trabajo de fin de grado), así como precisar los últimos detalles de una Evaluación Clínica Objetiva Estructurada (ECOE) que se ha establecido en todo el modelo de formación nacional y que, según anhelan los decanos, se incorpore a la prueba de acceso a las especialidades MIR.
Los decanos no han olvidado sus preocupaciones por las aperturas de nuevas facultades de Medicina, considerando los proyectos más avanzados los de Cataluña, País Vasco y Canarias. En este sentido, han recordado que es innecesario aumentar el númerus clausus y que cualquier incorporación de alumnos deberá conllevar a una reducción en el número de estudiantes de otras facultades ya establecidas. Una labor que, según indica el presidente de los decanos, “no es fácil de llevar a la práctica”.
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