La medida del Gobierno de
limitar el acceso de los médicos residentes y estudiantes de Medicina a las historias clínicas gusta a medias. La
Vocalía de Médicos en Formación del Colegio de Médicos de Madrid (Icomen) considera positiva la regulación de la protección de la intimidad del paciente recogida en el protocolo publicado Sanidad en el Boletín Oficial del Estado el pasado lunes. Pero teme que limitar este acceso “merme” su calidad formativa y que estudiantes de Medicina y MIR se equiparen, al tratar a ambos como personal en formación.
Así se ha expresado el representante de dicha vocalía,
Borja Castejón, quien señala que “recopilar en este protocolo toda la normativa existente al respecto
unifica la forma de actuar de los profesionales sanitarios dentro del hospital garantizando los derechos de los pacientes”.
No obstante, Castejón hace hincapié en que el texto “no es muy acertado ya que
equipara los papeles del residente y del estudiante al tratar a ambos como personal en formación cuando son realidades completamente distintas”. Respecto a los residentes, recuerda que son “profesionales titulados que forman parte de la plantilla y realizan las mismas tareas que otros médicos que no están regulados específicamente en este protocolo”.
Una herramienta básica en la relación con el paciente
Respecto a los estudiantes de Medicina el Vocal de Médicos en Formación, el portavoz destaca que “la orden publicada limita el acceso de éstos a la historia clínica cuando ésta
es la herramienta más importante de un médico tanto en la consulta como en su relación con el paciente”. De hecho, puntualiza, “es como limitar el uso de otros utensilios básicos en la práctica clínica diaria como el fonendoscopio”.
Además, y en esta misma línea, Borja Castejón asegura que
“es difícil que los centros hospitalarios puedan garantizar el acceso a historias clínicas anónimas o simuladas para suplir ese déficit y que no influya en la formación de los médicos”.
La presidenta del CEEM, Marina García, ha explicado a
Redacción Médica que, a pesar de que la normativa es positiva por sí misma, “preocupa la implementación arbitraria que se pueda hacer de ella”. En este sentido, considera desacertado el control al acceso a las historias clínicas, aunque suma otros aspectos fundamentales como, por ejemplo, el rol docente que se atribuye a los
MIR. “La norma permite que los supervisores puedan ceder sus responsabilidades académicas a los residentes, lo que incrementará su carga de trabajo sin la presencia de nuevos incentivos o la formación adecuada para cumplir con este papel”, precisa.
El CEEM ha criticado que el
Ministerio de Sanidad no tuviera en consideración la opinión de los estudiantes de Medicina durante la elaboración del protocolo, ya que “somos quienes nos vemos directamente afectados por la norma y tendríamos mucho que decir al respecto”.
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