Concluida la prueba de acceso al EIR de 2017 llega el momento en el que los aspirantes 'hacen cábalas' para ver si se ven dentro o fuera. Pero este año parece un poco más difícil que otros hacer predicciones, debido a que lo que abunda entre los examinados es cierta sensación de desconcierto. Ha sido un examen, a juzgar por la mayoría de comentarios, muy desigual. Tanto en lo relativo al reparto de asignaturas, como en la dificultad de las preguntas.
"Ha habido preguntas muy asequibles y otras de una dificultad muy, muy elevada, lo cual me ha sorprendido", ha señalado uno de los formadores de CTO, que también se ha sentido decepcionado por la caída del peso de asignaturas como Materno-infantil, lo que contrasta, por ejemplo, con el gran peso que se ha dado a la Salud Púbica.
Además la importancia que ha tenido esta última, en el examen han estado bien representadas Comuntaria, Fundamentos, Investigación, Administración y Oncohematología y, mucho menos, Ética y Legislación o sobre Urgencias y Emergencias. Una de las sorpresas ha sido el aterrizaje de la 'e-health' en el examen, con una pregunta en la que simplemente se preguntaba por el significado de este término y a la que algunos han considerado un "regalito" y a otros les ha dejado descolocados.
Por lo demás la anécdota graciosa del examen la ha protagonizado una tal Mercedes, que no ha conseguido llegar a la verosimilitud que se busca en los casos prácticos. En el enunciado de una de las preguntas se presentaba a varios pacientes por su nombre y se explicaban sus antecedentes clínicos y su origen. El tercero de estos supuestos casos era el de Mercedes, mujer de 61 años de origen rumano. "¡Impugnable!, ninguna mujer rumana se llama Mercedes", bromea Ana Rincón, matrona y formadora de EIR.
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