Javier Lanuza es el nuevo decano de la Facultad de Medicina de la
Universidad de Zaragoza (Unizar) y se encargará de sustituir al anterior decano, Javier Castillo que ha agotado el tiempo máximo de dos mandatos, ocho años, que puede estar en el cargo. Lanuza, de 51 años, es profesor de
Farmacología en la facultad que desde ahora dirigirá. No son pocos los retos a los que se enfrentará en esta nueva etapa, pero si tuviera que elegir no duda en fijar tres retos primordiales de actuación: la renovación del plan de estudios, hacer frente a la carencia de profesorado y emprender una reforma integral del actual edificio de la
Facultad de Medicina, que tiene más de 40 años. Si bien su llegado al cargo no ha estado exenta de polémica pues en 2010 se convirtió en el
director de la ya extinta cátedra de homeopatía de la Universidad de Zaragoza.
¿Cuáles son los objetivos primordiales de Javier Lanuza como nuevo decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza?
Hay tres ejes principales de actuación que nos planteamos de ahora en adelante. Nos proponemos la reforma del plan de estudios, a partir de una memoria de verificación en la que vivimos graves defectos estructurales. Ahora es el momento de poner en marcha una modificación de ese plan,a través de una reforma en la que los alumnos tengan un contenido aún más práctico y eficaz. También la redistribución de las asignaturas y créditos, sobre todo en cursos clínicos. Este proceso no será fácil, porque debemos contar con el consenso de todos los profesores, la comisión de garantías de calidad de grado y por ultimo su aprobación. Es nuestro objetivo más inmediato, por lo que esperemos que esté listo para el curso de 2019.
¿Falta práctica clínica en las facultades de Medicina?
Hay que hacer un análisis de lo que son contenidos imprescindibles, importantes, accesorios y superfluos en cuanto a los contenidos teóricos y los prácticos del grado de Medicina, y desde luego hay que racionalizarlos. Nosotros tenemos un gran peso práctico. Tenemos un año y medio de rotatorio para nuestros estudiantes y en cuanto a volumen es muy alto, con respecto a la universidad española. Quizás habría que repartir ese rotatorio a cursos inferiores, para que en cuarto y en quinto los alumnos hagan unas prácticas eficaces.
¿Cómo prevé Javier Lanuza solucionar la falta de profesores por la que pasa la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza?
Ese es el segundo eje sobre el que versará mi legislatura. En estos momentos hay algunas asignaturas de especialidades médicas que no tienen profesores acreditados que puedan ser responsables de las mismas. Hay un problema desde que
cambiaron los problemas de acreditación docente por parte de la Aneca, imponiendo unos criterios más restrictivos. En estos momentos tenemos profesores muy validos que no pueden ser profesores titulados de universidad porque no cumplen los criterios de acreditación, y no nos podemos permitir el lujo de esperar años a que esos docentes se puedan acreditar.
¿Cómo van a solucionar ese problema?
Desde la
Conferencia de Decanos parece que existe una posible solución que va hacia crear una figura intermedia de profesor. Esta sería la figura del profesor contratado doctor vinculado, una figurara laboral, que ya existe en algunas comunidades autónomas, y que se caracteriza por tener una exigencia menor a la que podrían optar varios profesores. Con esto podríamos solucionar de forma temporal el déficit de docentes en la universidad.
¿Cuál sería su tercer y último eje de actuación para el arranque de su legislatura?
El edificio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza data de 1.975 y necesita una reforma integral. Durante estos años se han ido aplicando varios parches, pero ahora necesitamos que la Universidad de Zaragoza acometa una reforma importante del edificio, y me consta que somos la siguiente facultad a reparar. Pero claro, aún no han empezado la reforma de adecuación de la Facultad de Filosofía y Letras, y esto puede ir para largo.
¿Qué diferencia a la Facultad de Medicina de Zaragoza de otras españolas?
Una de las características principales son nuestros estudiantes. Estos muestran un compromiso encomiable por su facultad y por la mejora de su centro. Además, tenemos una plantilla del profesorado excelente, que ayudarán a asumir este nuevo plan de estudio. Nuestra Facultad de Medicina es un centro optimistas que aprovecha todos los recursos sanitarios de Zaragoza para realizar las prácticas. Hay dos hospitales universitarios pero colaboran otros centros de salud de la zona. Con esto, estamos consiguiendo que las prácticas sean un profesor para un alumno, y así son. Aportando una docencia práctica de calidad. Solo nos queda seguir asumiendo este reto.
¿La facultad de Medicina prepara para el examen MIR?
No es nuestra intención preparar para el examen MIR. Es cierto que existe la tendencia por parte del estudiante de estudiar en paralelo para el examen MIR durante su sexto año, pero desde luego la facultad de Medicina no es una academia de MIR, todo lo contrario. Lo que intentamos hacer es un análisis de contenidos imprescindibles de la Medicina y formar médicos generales que estén concienciados de su formación y que tengan una base académica importante.
¿Cuál es su posicionamiento con respecto a la apertura de nuevas facultes de medicina?
Comparto el punto de vista de la
Conferencia de Decanos que se opone firmemente a la apertura de nuevas facultades. La proliferación de estas en España es algo que no se repite en los países occidentales de Europa. Por el contrario, ese modelo de apertura sí se reproduce en países de la Europa Oriental, donde se abren centros de Medicina con fondos privados, asociados a la universidad pública. Entonces es una particularidad española poco acertada. Además, nos estamos encontrando un tapón en el MIR, que impide acoger a todos los estudiantes que segregamos. Estamos formando alumnos para que luego nutran a otros países.
Vinculado con la homeopatía
Usted se hizo cargo en 2010 de la cátedra de medicina homeopática que perduró hasta el curso 2014-2015. ¿Por qué?
En aquel momento la Universidad de Zaragoza apostó por la homeopatía, porque había otros cursos relacionados como la acupuntura. Como yo era de titular de la asignatura de Farmacología, catalicé la cátedra. La universidad quiso crearla en ese momento, pero ya ha desaparecido, así como las jornadas. Ahora no queremos mezclarnos con ese tema. Además, aclarar que yo no soy homeópata.
La cátedra estaba además promocionada por Boiron.
Los medicamentos homeopáticos, nos gusten o no, son medicamentos. El Ministerio de Sanidad está obligado a regularlos. Europa les obliga. Hay que estudiarlos siendo igual de críticos que con el resto de medicamentos.
¿Aunque no tengan base científica?
La base científica se la da la investigación. Si no hay investigación se dice que no tienen base científica. Hay algún ensayo clínico. Los laboratorios hacen ensayos clínicos de medicamentos homeopáticos. Lo que pasa es que mientras la industria farmacéutica dedica mucho más a la investigación, la industria homeopática dedica menos a ello. Hay estudios siempre de parte y hay estudios a favor, y otros en contra. Pero en todo caso son las autoridades las que deben regularlo y en estos momentos ya lo regulan; y parece que los van a poner sin indicación terapéutica.
¿Usted está a favor de prescribir o comercializar estos productos homeopáticos?
No estoy a favor ni en contra. Son medicamentos, mientras estén en la ley no puedo oponerme.
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