Desorientados, disociados, en
shock o aturdidos. Así es como se sintieron los
aspirantes del MIR 2024 tras finalizar las cuatro horas de un examen al que llevaban siete años esperando. Una vez terminado y con el
listado definitivo de calificaciones y números de orden en mano, son muchos los que ya saben de forma casi exacta
a qué especialidad dedicarán su residencia, aunque también hay quienes se encuentran aún
inmersos en esa decisión.
Pero si algo comparten todos ellos son
ilusiones, miedos, anécdotas y planes de futuro relativos a los cuatro años de aprendizaje que les quedan por delante. Nos han contado algunas de ellas en las
Jornadas postMIR 2024 celebradas por
CTO en el estadio Wanda Metropolitano de Madrid.
Una de las cuestiones que se plantean a corto y medio plazo es la manera en la que invertirán su
primer sueldo como residentes.
Lucía Franco es de las que contempla varios escenarios, ya que todo dependerá de
si se tiene que mudar para sus años de MIR o si por el contrario podrá seguir viviendo con su familia. “Si me quedo en Madrid les devolveré a mis padres el dinero del
viaje post-MIR, y si me voy lo gastaré en el
alquiler del piso”, sostiene.
Ambiente durante las jornadas postMIR 2024 de CTO.
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Con todos estos planes en mente, los recién examinados no pueden evitar pensar en aquellas personas que
les dijeron que no valían para la Medicina o que estudiaran otra carrera y que, por tanto, no contemplaban que llegaran a este punto. “Olé por nosotras, porque
lo hemos conseguido y hemos ‘callado bocas’”, sentencian
Paula Rodas y
Stefanía Salazar, amigas además de compañeras en este trance. “Si hubiera hecho caso todas las veces que me dijeron que no lo iba a conseguir o que no iba a poder no estaría aquí, en parte
me alegro de que me lo dijeran para hacerlo con más ganas”, explica
Cristina Ramos.
"Si hubiera hecho caso todas las veces que me dijeron que no lo iba a conseguir o que no iba a poder no estaría aquí"
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Pero incluso habiendo sido capaces de superar esta prueba y todo lo necesario para llegar hasta ella, hay quienes pronostican meses antes de acceder a la plaza de residente
los despistes más ‘absurdos’ que pueden tener una vez que empiecen esta nueva etapa. Desde dormirse en las
guardias de 24 horas, en opinión de Benedicto, hasta olvidarse del fonendo, la bata o el nombre de sus compañeros, como teme
Santiago Baltar.
Sensaciones durante el examen MIR
Y es que ya cometieron algunos
errores evitables en el propio examen, como “jugar a la Quiniela” tal y como recuerda Benedicto, o
apretar demasiado con el bolígrafo en la casilla correspondiente y tacharla varias veces, como le pasó a Ramos. Igualmente es algo normal, al menos en opinión de Franco, dada la presión de las circunstancias y la extensión de la propia prueba. “Creo que
no conozco a nadie que no haya tenido al menos un despiste dentro de las 210 preguntas”, explica.
Por enfocar la situación con un toque de humor, Baltar se describe a sí mismo a la salida del examen haciendo referencia al ‘meme’ viral del actor John Travolta, en el que se gira hacia los lados repetidamente porque se siente confundido. “Yo creo qu
e salí y no sabía ni mi nombre ni lo que estaba pasando cuando mis padres me dieron un abrazo y mis amigos una cerveza”, concluye.
Aspirantes MIR en el stand de Redacción Médica.
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