El proceso de preparación para el
examen MIR puede ser agotador, lleno de momentos de agobio, ansiedad e incertidumbre, sobre todo a medida que se va acercando
la fecha de la prueba, el 24 de enero, a poco más de un mes de distancia. Frente a estos sentimientos, con frecuencia
se intenta calmar la ansiedad haciendo un plan de estudio irreal: “Al no estar satisfecho con los resultados a día de hoy, proyectas un horizonte, un enero en el cual vas a ser capaz de estudiar 40 horas cada día y verte tres asignaturas eh en solo una mañana. En ese contexto es importante recuperar el sentido común”, advierte
José Curbelo, médico internista y experto en MIR. La clave para solventar el reto de estudiar un examen de este calibre para el facultativo es la constancia.
“En la vida, por supuesto, hay gente más guapa que otra, gente más rica, y con ello gente más inteligente o con
más facilidad para el estudio, pero
hay algo que todos tenemos al alcance y no todo el mundo lo utiliza, que es la visión de ser constante”, explica Curbelo. El docente pone un ejemplo, el del deportista de élite: “Día a día hace algo que no tiene nada de épico, que es entrenar, entrenar y entrenar, y no pretende un día ganarlo todo con poco esfuerzo mientras otro día no hace nada.
Simple y llanamente es alguien constante”, sostiene.
Un valor “extraordinario”, pero difícil de desarrollar
Para el médico,
“la constancia es un valor extraordinario que es muy difícil de desarrollar, pero cuando lo abrazas, todo se vuelve mucho más sencillo”. Y es que, señala que es importante mantenerse realista, fiel al trabajo diario, sin “proyectar en un futuro imaginario donde vas a hacer grandísimas cosas”. Esta mentalidad frente al examen MIR hace que
aquella persona que se lo está preparando pueda sacar su mejor versión, tal y como dice Curbelo, pero admite que no es fácil mantenerla:
“No es nada sencillo ser constante a pesar de la falta de listados, a pesar del resultado desastroso del último simulacro, o de que los resultados en general no estén acompañando tus expectativas”, estima.
Curbelo afirma que,
de cara al examen, “sacar tu 60 o tu 70 por ciento de trabajo sin pensar en el pasado ni proyectar hacia el futuro es todo un reto, pero también es una estrategia ganadora”. Además, pone el punto en que la constancia es muy poco común y, aunque “no todo el mundo es capaz de practicarla”, está al alcance de todos.
“Es la constancia, no otra cosa, lo que hace que gente ordinaria hagamos cosas extraordinarias”, concluye.
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