José A. Puglisi. Madrid
La alimentación puede ser un gran aliado para aprobar el MIR. Los expertos indican que el consumo de magnesio, lecitina y fósforo durante los días anteriores e, incluso, en el mismo día de la prueba puede ayudar a la concentración del candidato. Estos nutrientes, presentes en semillas de calabaza, cacao en polvo, mariscos, lácteos, huevos y pescados, favorecerían a una mayor agilidad mental, así como a estar más enfocados en encontrar las respuestas a las preguntas del examen.
Aspirantes al MIR con su bebida y alimentos en la mesa.
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El consumo de productos como estos componentes, sin embargo, debe ser controlado en pocas cantidades, evitando que tengan un efecto contrario en el organismo. De ahí, que las dosis recomendadas para el propio día de la prueba MIR sean aquellas contenidas en comprimidos, cápsulas, barritas de chocolate y ampollas bebibles. Usadas en equilibrio, serán una herramienta para promover la memoria y la capacidad intelectual.
A pesar de los beneficios que pueden ofrecer algunos compuestos, no existe una pócima mágica que funcione de forma inmediata. En este sentido, es un error común pensar que estos alimentos tendrán un efecto inmediato, cuando en realidad resulta recomendable que sean adquiridos durante un tiempo previo a la época de exámenes para aumentar su efectividad.
Otro aspecto clave para el éxito está en mantenerse hidratado, aconsejándose consumir entre dos y tres litros de agua diaria, así como evitar la ingesta de otro tipo de bebidas, como las estimulantes o alcohólicas. Con respecto al té o café, no hay una prohibición absoluta, pero se considera prudente un consumo con moderación, ya que en exceso son productos que pueden generar ansiedad o desconcentración. En caso de que los nervios hayan “cerrado el estómago”, la solución podría estar en un pequeño yogurt o batido.
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