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Guía para el 'resi' mayor con los novatos: del "valioso" R2 a no perderse

Un R3 explica cómo se puede ayudar a los recién llegados en sus primeros momentos de adaptación a la residencia

Nacho Morellón, R3 de Hematología en el Hospital La Paz.

27 feb 2024. 07.00H
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Apenas faltan unos meses para que los recién examinados del MIR, una vez que elijan sus plazas, estrenen su condición de residentes y pisen por primera vez los que serán sus respectivos hospitales en el 'colofón' de su formación sanitaria. Con tantas cosas por descubrir, conocer e interiorizar es normal que los R1 se sientan abrumados en un primer momento. Es por ello que el resto de residentes del Servicio se convierten en una figura crucial para ellos en lo que a su adaptación se refiere, tanto en lo personal como en lo profesional.

Nacho Morellón ha vivido esta situación desde las dos caras de la moneda. Ahora mismo es R3 de Hematología en el Hospital La Paz, pero también tuvo unos inicios en los que necesitó la ayuda de compañeros más experimentados. Eso sí, su caso fue distinto al de las generaciones anteriores y posteriores, ya que la pandemia truncó para él la posibilidad de asisitir a jornadas de puertas abiertas y conocer, por tanto, las instalaciones de aquellos servicios que más le interesaban antes de comenzar a trabajar en ellos.

Sentimiento de grupo en la residencia MIR


En este sentido, cree que los residentes más veteranos son los que tienen un papel más importante en la adaptación de los recién llegados, es decir, ve fundamental el acercamiento por parte de los R4 a los R1 cuando estos últimos llegan al hospital. "Los R2 pueden darte información valiosa y transmiten más ilusión por comenzar, pero en la mayoría de casos no han rotado por tantos servicios o no han hecho guardias en Urgencias", sostiene, mientras que los últimos años de residencia ofrecen "más conocimiento de causa" a partir del cual aconsejar a los nuevos compañeros.

A título personal, Morellón recuerda el sentimiento de "pertenencia a un grupo" es algo que a la larga hizo "más fácil la adaptación al entorno hospitalario". Por ello anima a los residentes ya asentados a que propicien esa sensación en el servicio y hagan más llevadera la llegada de las nuevas generaciones de sanitarios. Tres años después de su llegada, sigue agradeciendo a la adjunta que le acogió como R4 su hospitalidad incluso antes de empezar la residencia.  "Siempre le digo que una de las razones principales por las que elegí este hospital fue por su trato increíble", remarca. 

¿Cómo ayudar a los R1?


Lo que más necesitan los recién llegados al hospital es, tal y como ha observado Morellón, aprender a orientarse dentro de sus instalaciones. "Una de las cosas más importantes que podemos hacer en sus primeros días es ayudarles a ubicarse", detalla. Pese a que la mayoría de ellos han hecho visitas previas al centro, es difícil interiorizar la distribución del mismo y por ello la ayuda de otros compañeros es más que bienvenida. Es algo que vivió él mismo, cuando pasó del Hospital Universitario Príncipe de Asturias a La Paz. "Hay un Edificio General, uno de Traumatología, uno de Pediatría, la torre de Maternidad... Me perdía constantemente", recuerda. 

"Una de las cosas más importantes en los primeros días de los R1 es ayudarles a ubicarse en el hospital"


Por norma general, la tarea de 'evangelizar' e integrar a los novatos recae directamente en el resto de residentes o en los adjuntos más jóvenes, a través de una especie de 'regla no escrita', pese a que "debería ser una tarea conjunta de todo el equipo" en opinión de Morellón. El motivo más evidente es la empatía y la afinidad, puesto que estos perfiles son los que han vivido más recientemente la situación en la que se encuentran sus nuevos compañeros. Por ende, es algo que "sale de manera más natural" por ambas partes. 

Teniendo en cuenta esta 'misión' propia de los ya residentes, Morellón les aconseja tener siempre presente el momento en el que ellos mismos fueron R1 cuando traten con sus nuevos compañeros, y "que recordaran cuando acababan de entrar en el hospital y tenían esa mezcla de sentimientos entre ilusión tremenda por empezar, hacer bien las cosas y aprender, y el miedo de empezar en un sitio nuevo, rodeado de gente que no conoce y el temer no estar a la altura", especifica. Rememorar todas esas sensaciones no tiene otra razón de ser, en opinión de este futuro hematólogo, que "ponerse en su lugar, mostrarse abierto e intentar crear desde el comienzo una relación de confianza, para que el  R1 sepa que puede recurrir a él o ella cuando esté en una mala situación durante la residencia", explica.

También ve necesario que 'el residente veterano perfecto' deje claro a sus sucesores "que pueden delegar responsabilidad en sus mayores sin miedo a ser juzgados", y que precisamente con la intención de generar confianza hay que valorar el trabajo y la iniciativa de los R1. "Es también muy importante por parte de los residentes mayores que demos feedback positivo a los pequeños desde el principio, reforzándoles cuando hacen algo bien y también haciendo crítica constructiva cuando cometen errores", detalla. Lo importante es encontrar las palabras concretas para que los novatos se sientan acogidos y cuidados a la par que enseñados.
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