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Crisis de prestigio del examen MIR: tipo de preguntas y cribado, las causas

La reducción en el número de enunciados es uno de los aspectos más criticados del modelo actual

Instantes previos al inicio del examen MIR 2021.

02 may 2021. 17.05H
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POR OLALLA BATRES
Cada vez son más los aspirantes que alzan la voz para denunciar que el examen MIR no refleja los conocimientos adquiridos y que termina siendo una prueba que resulta controvertida hasta para las academias de preparación, que, en ocasiones, no consiguen ponerse de acuerdo para seleccionar la respuesta correcta. Esta es la queja que más se está extendiendo entre los futuros residentes, que consideran que exigen un modelo “más imparcial” con “más preguntas” y enunciados “menos difusos y enrevesados”. Y es que, para muchos, el examen MIR ha perdido poder discriminatorio.

Uno de los puntos más criticados del modelo actual es la reducción en el número de preguntas porque, cuantas menos cuestiones se realicen, más interviene el azar en la nota final. “Con la reducción de las preguntas, hay muchos empates, entre 2.000 y 4.000. La forma de desempate es el apellido, por lo que la ordenación acaba siendo un criterio totalmente aleatorio y que no tiene nada que ver con los conocimientos”, explica Sheila Justo, secretaria técnica de la sección de Médicos Jóvenes y MIR Nacional de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), a Redacción Médica.

Una opinión que comparte con Alex Mayer, vicepresidente de la Asociación MIR España (AME) y residente de tercer año de Medicina Interna en el Hospital Parc Taulí, que también pone el foco en los enunciados “enrevesados” que han estado presentes en las últimas convocatorias. "El MIR es menos discriminatorio por la búsqueda de preguntas muy difíciles. Las preguntas que son totalmente impredecibles, o de materias muy raras e infrecuentes, no discriminan: no se aciertan por conocimiento, sino por suerte”, explica Mayer.

Sheila Justo considera que la prueba tiene contenidos que realmente habría que revisar. Tanto es así que, bajo su criterio, este año se han impugando únicamente dos cuestiones, pero “eran susceptibles de anularse ocho o 10”, tal y como recogió Redacción Médica. “El enunciado difuso y las preguntas complejas llevan a un examen que no refleja el conocimiento de los candidatos. La diferencia entre hacer preguntas bien o mal puede ser de hasta 300 puestos”, puntualiza.

A esta cuestión también se ha referido el vicepresidente de AME, asegurando que hay preguntas que suscitan muchas críticas por ser “altamente interpretables, equívocas o directamente por presentar una respuesta desfasada”. Además, al igual que Justo, Mayer sostiene que, en ocasiones, se mantienen como válidas preguntas que no deberían serlo.  

En definitiva, la inmensa mayoría de aspirantes cree que el examen MIR debe ser una manera lo más objetiva posible de discriminar entre los miles de candidatos. Y, para ello, tendría que haber más preguntas (y menos ‘rebuscadas’), más tiempo y, sobre todo, que se sigan plenamente criterios científicos en su corrección.


La frustración de no conseguir plaza


Desmotivación, frustración y desilusión son algunas de las emociones que, desgraciadamente, acompañan a aquellos que se presentan a una prueba que pierde prestigio. “Actualmente es un gran esfuerzo estudiar el examen MIR, pero ¿realmente evalúa los conocimientos? A veces es cuestión de suerte. Para ser buen médico también cuentan la relación interpersonal, la empatía, hay que abarcar muchas disciplinas y esto no se recoge en el examen. El examen está más en entredicho, incluso el propio contenido”, critica Sheila Justo. 

Desde la Asociación MIR España recuerdan (y denuncian) que cada año hay miles de graduados de Medicina que aprueban el examen, pero que, sin embargo, no acceden a una plaza. Un problema que, en una situación como la actual, con falta de especialistas y con previsión de que falten más todavía en los próximos años, “no tiene sentido”.

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