Recordar los momentos de tensión y revivir las emociones que supone
preparar una prueba como el MIR no es tarea fácil para aquellos que se examinaron hace justo un año. 365 días después, los sentimientos son variados. Algunos son casos de éxito que, echando la vista atrás, han conseguido estar exactamente donde querían, incluso
"venderían su alma al diablo" para que todo se mantenga igual. Otros, escogieron un camino quizá más complicado,
"volver a empezar", esta vez para coger más impulso y alcanzar la meta.
"
¿Lo que me ha dado el MIR un año después? Básicamente, serenidad y pensar en mí". Así respondía
Esther Iniesta, madrileña y graduada en Medicina en Albacete al echar la vista un año atrás. En su caso, y no es el único, hace 365 días aproximadamente había terminado su primer examen MIR pero, al no conseguir la plaza deseada en su especialidad estrella,
Pediatría, decidió
volver a intentarlo en 2023.
"A nivel personal me ha permitido cambiar en muchos aspectos aplicables no solo al campo académico. He aprendido a llevar las cosas con
más serenidad, confiar en mí y a no darle importancia a lo que los demás podrían pensar o decir. Al fin y al cabo es un examen y
no debemos darle más importancia de la que tiene. Espero dentro de un año poder decir que a nivel profesional me ha dado muchas cosas buenas y
ser feliz con la plaza que elija", comenta Esther.
El MIR de 2022 fue el comienzo de una
etapa muy especial en la vida de los nuevos residentes, ya no tan nuevos, porque llevan cerca de un año aprendiendo las
bondades y desafíos de la especialidad que escogieron en su momento. La fase de la residencia es, en casos como en el de
Pablo Nicolás, "un
cambio radical" que le ha dado "muchísimas cosas buenas". Natural de Sevilla e intensivista por vocación, un año después está haciendo la residencia de
Medicina Intensiva en Barcelona, en el Hospital Vall d´Hebron.
"La residencia me ha dado la oportunidad de poder aprender un trabajo que me apasiona. He podido rodearme de un grupo de personas estupendo, de muchas partes de España, y hemos podido crear un grupo de gente divertida y espontánea. Para mí la residencia está siendo
una de las mejores épocas de mi vida", aclara Pablo, pero también deja claro que "las condiciones laborales no son nada buenas, ni justas".
El MIR marcó la vida de los residentes un año atrás
Los sueños también se cumplieron en el caso de
Joel Domene, R1 de
Medicina de Familia y Comunitaria en el Hospital Universitario San Agustín de Avilés y en el Centro de Salud Piedrasblancas-Castrillón, Asturias. Para este catalán, la preparación del examen supuso
"una carrera de fondo" pero, al pensar en cómo estaba él hace un año y lo que ha conseguido ahora, está feliz.
"Tenía claro hace años que quería especializarme en Medicina Familiar y Comunitaria y sabía por prácticas que había hecho en la carrera que era mi objetivo a conseguir. Me siento tremendamente
privilegiado de haber cumplido mi sueño y estar especializándome en ello", explica.
Para
J.C.L, su camino estaba bastante claro. El
R1 de Endocrinología y Nutrición en Madrid tiene por seguro que está aprendiendo la especialidad
"mas completa" que puede existir, y eso lo sabía desde hace mucho tiempo atrás.
"Mi yo de hace un año
vendería el alma al diablo por estar donde estoy ahora. La verdad es que no tenía una alternativa realista, no quería repetir el MIR porque me veía incapaz de volver a pasar por algo tan
traumático y, si no me daba mi número, no sabría qué hacer con mi vida. Un año después, creo que si no hubiera podido entrar, habría repetido el MIR, pues
no me veo haciendo otra cosa. ¿Te imaginas después de seis años de carrera y uno de oposición, hacer algo que no te haga feliz? Yo por ahí no paso, es que
antes me iría de España", comenta el R1.
"Mi yo de hace un año vendería el alma al diablo por estar donde estoy ahora"
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Los aspirantes MIR ven afectada su salud mental
Cuando hace un año Esther estaba preparándose su primera convocatoria MIR,
notó afectada su salud mental. "No supe llevarlo bien. El ver que
no mejoraba percentiles e incluso que iba empeorando, el compararme con mis compañeros hizo que no pudiera estudiar cómo debía, tenía mucho miedo de hacerlo mal y cada vez iba acumulando más presión", recuerda.
De hecho, ya en la última vuelta de preparación prácticamente
dejó de hacer preguntas y le costó "muchísimo" poder seguir el ritmo de estudio.
Además de la salud mental, el MIR dejó en
stand-by muchos aspectos de la vida de opositores como Joel, que en su caso tuvo que volver atrás en el tiempo, vivir de nuevo con su familia y adaptarse a las normas de casa. "Sin embargo, el hecho que algunos de tus amigos y compañeros estén en la misma situación
me ayudó a sobrellevarlo y relativizarlo. Todos y todas teníamos las mismas inseguridades, incertidumbres y miedos y eso ayuda a sentir algo de alivio y centrarte, en cierta manera", comenta.
Pasar de fase o volver atrás, la última decisión MIR
Hace casi un año, los MIR del año 2022 se enfrentaron a la
última decisión: escoger plaza e iniciar la fase de la residencia o preparar el examen nuevamente. El caso de Pablo es una clara muestra de que "aprovechar las oportunidades". "Ahora realmente
me siento más feliz que nunca, me apasiona lo que veo cada día en mi UCI, he aprendido muchísimo y aún me queda muchísimo más por aprender. Me gusta pensar que soy
el R1 más feliz que camina por una UCI, es mi sitio, son mis pacientes y es el tipo de trabajo al que me quiero dedicar", sostiene.
A Esther le esperaba un camino diferente, pero también con una meta, la de
trabajar por vocación, aunque en un primer momento sintió miedo y pensó en conformarse con
otra especialidad distinta a Pediatría. Es difícil rechazar una residencia y volver a empezar, pero ella tenía claro que ese camino no le correspondía.
"Tras conocer los resultados del MIR 2022
mi primera reacción fue coger plaza porque teniendo la oportunidad no me veía capaz ni tenía ganas de volverlo a intentar, pese a que los resultados no fueran los que yo quería. Pasaron los meses y al hablar con varios residentes empecé a plantearme la idea de repetirlo,
no quería quedarme con la incertidumbre de lo que podría pasar si lo volvía a hacer en unas mejores condiciones”, explica.
Para bien o para mal, para terminar o para recomenzar, el MIR hace un año "les ha dado muchísimo". Así lo resume J.C.L, que para él este proceso fue
"como una montaña rusa", pero que volvería a repetir sin duda con tal de ejercer su especialidad.
"El sentir que puedes ayudar a pacientes en situaciones complejas, muchas veces muy graves, es muy enriquecedor. Tanto tus conocimientos como la empatía y cariño, suman. No me acostumbro a que haya pacientes o familiares que me digan que les gusta mucho cómo les trato o cómo le explico las cosas,
es súper bonito. Eso hace que una jornada de 24 horas, se lleve un poco mejor", concluye.
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