"Antes de semana santa". Ese es el plazo que se da el inspector general de Sanidad y General de División, Santiago Coca, para que el Grupo de Trabajo de Enfermería Militar de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) tenga lista la base de la especialidad de Enfermería de Urgencias y Emergencias.
Según ha explicado Coca en el Primer Encuentro de Enfermería cívico-militar, organizado por Semes, esta especialidad puede considerarse una ocurrencia, pero "servirá para mejorar la sociedad a la que servimos todos, civiles y militares, y al enaltecimiento de nuestra profesión".
En su opinión, aportará las claves a un trabajo que se produce en "situaciones de aislamiento y difíciles, a veces por el clima y a veces por las condiciones sociales, pero que en todo caso son situaciones estresantes".
"Una ventana"
Semes valora positivamente los avances de la sanidad militar, tanto en Medicina como en Enfermería, para reconocer la especialidad de Urgencias y Emergencias. Según explica Esther Gorjón, vicepresidenta tercera y vocal de Enfermería de Semes, cuando el ámbito militar consigue el reconocimiento de la especialidad "se abre una ventana".
Este proceso puede "ayudar al desarrollo de un proyecto de Enfermería civil que se presente al Consejo Nacional de Especialidades de Ciencias de la Salud o al Ministerio de Sanidad".
A juicio de Gorjón, actualmente "una enfermera no sale de la carrera preparada para afrontar Urgencias y Emergencias". Para suplir esta falta de conocimiento, se apuntan a postgrados que cuentan con el problema añadido de que "la formación no es homogénea en todas las CCAA".
Por eso, defiende la creación de una disciplina homologada porque "cualquier paciente debe recibir unos cuidados apropiados en Urgencias y Emergencias y eso se llama especialidad". Estas competencias pasan por "estar preparadas para catástrofes, para NBQ (defensa nuclear, biológica y química), para transporte sanitario y para coordinación sanitaria".
A su juicio, los ámbitos militar y civil cada vez tienen menos diferencias, aunque "ellos están acostumbrados a trabajar con menos medios porque se traslada todo y el ambiente bélico no es lo mismo". Sin embargo, Gorjón apunta que "los cuidados son los mismos, porque el paciente crítico es el mismo: da igual que el tiro se lo hayan pegado en la guerra o en un atentado, algo a lo que nos estamos acostumbrando, desgraciadamente".
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