"Después de tanto tiempo estudiando,
no tengo miedo a enfrentarme a mi primer verano como médico residente". Así de contundente es
Dulce Bañón, R1 de Oncología. Una idea con la que coincide
Laura Zaragoza, R1 de Oncología Radioterápica, quien señala que "después de haber pasado el verano anterior estudiando el MIR, estoy muy contenta de
poder estar trabajando, incluso si no tuviera vacaciones y
con el calor de Madrid".
Sin embargo,
no es una sensación generalizada porque hay residentes que sí reconocen tener algún temor en su primer periodo estival en el hospital.
Es el caso de una residente de Medicina Interna -que no ha querido desvelar su nombre-, quien señala que "al haber mucha gente de vacaciones, puede que tenga que
pasar la planta yo sola y eso me da miedo". Sin embargo, reconoce que "siempre hay
algún adjunto apoyándote, incluso por teléfono, pero te puedes llegar a sentir solo".
Por su parte, un residente de
Medicina de Familia ha explicado que el principal miedo es "el
cambio que experimentamos de pasar
de ser estudiantes a residentes, ya que empezamos a tener
responsabilidades". Pero, a pesar de esto, "siento que ya puedo
resolver y dirigir los problemas que se presentan", ha continuado este residente que no ha querido dar su nombre.
Uno de los miedos más habituales de los R1 es "dudar sobre cosas que son obvias"
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Los residentes coinciden en el pavor que les produce "
dudar sobre cosas que son obvias". Sin embargo, inciden en que "siempre hay alguien a tu alrededor dispuesto a ayudarte aunque sea una chorrada". Para Laura Zaragoza, el primer miedo es el de "
no estar a la altura de las exigencias, sin embargo, luego te das cuenta de que sabes más de lo que crees".
Vacaciones
A pesar de ser el primer verano que trabajan y de llevar tan solo dos meses como residentes, el hospital les ha permitido coger algunos días de
vacaciones. "Nos hemos tenido que organizar con el resto de personal para poder coger unos días", reconocen las residentes, quienes podrán disfrutar de cuatro o cinco días de descanso durante el mes de
agosto.
Eso sí, al ser los últimos en llegar al servicio, han podido coger aquellos días que el resto de compañeros no han querido. Aunque Bañón señala que su servicio "
es más flexible y podría haber cogido más de cuatro días en agosto".
Supervisión
El personal en los hospitales durante el verano
se reduce al 50 por ciento, aproximadamente, por las vacaciones. Una reducción que
no afecta a la supervisión de los nuevos residentes, quienes reconocen que "tienen apoyo de los mayores o de adjuntos todo el tiempo. Nunca estamos solos y estamos bastante supervisados, aunque sin llegar a sentirte un estudiante al que no le dejan hacer nada", explica Zaragoza.
A pesar de esta supervisión, "nosotros
tenemos ya nuestras propias responsabilidades, aunque preguntemos las dudas a los residentes mayores", ha manifestado Bañón. Además, la residente de Interna ha señalado que "
hemos cambiado mucho en dos meses porque ahora estamos más confiados con nuestro trabajo y no dudamos tanto como al principio", ha concluido.
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