El salario de los profesionales sanitarios en formación sigue siendo
motivo de preocupación. Los médicos internos residentes (
MIR) y otros facultativos en formación cobran sueldos que, en muchos casos, apenas superan el salario mínimo interprofesional (SMI). Sin guardias, un MIR de primer año percibe 1.301 euros brutos al mes, lo que, tras impuestos, se traduce en
1.094 euros netos, apenas 100 euros más que el SMI actual y casi
100 euros menos que el nuevo SMI propuesto por el Ministerio de Trabajo de
Yolanda Díaz.
La nueva retribución mínima planteada por el
Gobierno recoge que en 12 pagas se deberá percibir 1.389 euros al mes, mientras que el SMI que reciben los formativos en primer años se encuentra en 1.301 euros, lo que, sin contar las guardias,
les coloca 80 euros por debajo de lo acordado.
La precariedad salarial se agrava con la carga de trabajo. Los residentes estarán obligados a realizar guardias, lo que
incrementa su jornada en aproximadamente 80 horas al mes. Con estas
horas extra, los sueldos
pueden subir hasta los 2.445 euros brutos en el primer año, pero el efecto fiscal sobre las guardias hace que el resultado neto salarial siga siendo mínimo. Además, el sistema de retribuciones varía según la comunidad autónoma, generando
diferencias salariales de hasta un 23,5 por ciento entre los
MIR de la misma categoría.
Desde 2009, los sanitarios en formación
han perdido más de un 25 por ciento de poder adquisitivo. A pesar de subidas salariales progresivas, estas han sido insuficientes para compensar
la inflación y los recortes previos. En 2024, un residente de quinto año cobra apenas 1.405 euros netos al mes sin guardias, cuando en términos de inflación debería percibir mucho más. Esta pérdida de poder adquisitivo, unida a la sobrecarga asistencial,
está empujando a muchos médicos a buscar otras opciones para vivivr, entre las que se encuentran las opciones de
mejores oportunidades en el extranjero.
La inestabilidad laboral es otro problema estructural. Tras años de formación, los sanitarios recién instalados en sus especialidades se enfrentan a
contratos temporales, condiciones poco atractivas y falta de incentivos para quedarse en
plazas de difícil cobertura.
En mayo de 2025, miles de aspirantes al
MIR terminarán su formación, y
sin medidas urgentes, muchos podrían emigrar. Países como
Francia,
Alemania o Reino Unido ofrecen mejores salarios, estabilidad y jornadas menos extenuantes,
atrayendo talento español en un momento crítico para el país que
se podría enfrentar a una ola de jubilaciones que pondía en jaque
al Sistema Sanitario.
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