Las
comunidades autónomas han empezado a sondear la posibilidad de
retener a los médicos internos residentes (MIR) que forman en sus servicios sanitarios, con el fin de que, una vez terminada su formación como especialistas,
trabajen un tiempo obligatorio en la región que les ha formado. Se trata de un proyecto que varias comunidades autónomas pusieron sobre la mesa en el
Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) del pasado mes de marzo, y que podría
extender el MIR a un periodo de hasta 8 años (en función de si el tiempo de permanencia 'extra' tras cursar la especialidad dura dos o tres años).
Una propuesta que las propias autonomías admitieron que,
con la actual regulación legal y formativa, es
inviable. Sin embargo, según ha podido confirmar
Redacción Médica, las modificaciones necesarias para ponerla en marcha
comenzarán a ser estudiadas por una comunidad autónoma tras las elecciones del próximo 28 de mayo. Fuentes de la mencionada región explican a este medio que algo así conlleva “una parte
jurídica y otra de
Recursos Humanos”; por lo que se estudiará
“la próxima legislatura autonómica” con el fin de trabajar en el seno del Consejo Interterritorial, al contar con la presencia de Consejerías y Ministerio de Sanidad, cuestión necesaria para una medida de este calado.
Este periódico ya ha informado de que, a criterio de los servicios jurídicos de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (
CESM), la única posibilidad de articularlo pasa por
estirar la duración de la residencia para incluir un periodo adicional de prácticas obligatorias en cada especialidad. Aunque esta transformación requeriría una
“profunda modificación” legislativa, que abarcaría desde la normativa particular sobre el MIR hasta el Estatuto Marco o el Estatuto Básico del Empleado Público (
EBEP). Reflexión, esta última, que es
equiparable a la que hacen desde la comunidad autónoma que se muestra favorable a abrir este debate a nivel nacional.
Un MIR de 8 años es "esclavitud"
El debate sobre la necesidad de retener unos años a los médicos formados como especialistas en los distintos servicios sanitarios autonómicos viene de largo y cada vez resulta más acuciante para las regiones, teniendo en cuenta la
escasez de facultativos que afecta a varias especialidades esenciales en el SNS como la
Medicina de Familia. Asimismo, las autonomías se encuentran con un escollo clave para sacar adelante una medida de este calado, que
transformaría de facto todo el sistema de Formación Sanitaria Especializada tal y como lo conocemos actualmente: la necesidad de un
pacto estatal, ya que la medida debe tomarse a nivel nacional, dado que
ninguna autonomía tiene capacidad unilateral de hacer algo así.
Por lo pronto, la medida avanzada por este periódico ha contado con el
rechazo de CESM, que ha recordado que la mejor manera de fidelizar al médico es potencias las “buenas condiciones de trabajo”. También con el de muchas
voces de la profesión que a través de redes sociales han utilizado palabras como
“esclavitud” o “maltrato” para un proyecto que en 2024 gana enteros para estar de forma todavía más firme sobre la mesa del Consejo Interterritorial.
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