José A. Puglisi / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid
La dificultad del MIR sube un peldaño. Los candidatos a la prueba de acceso a plazas de formación sanitaria especializada se han enfrentado a un examen que, en lugar de contar con las habituales 15 o 17 imágenes con dos o tres preguntas asociadas, tenía 30 con una sola pregunta vinculada. En este sentido, los aspirantes señalan que era más complejo descifrar las respuestas correcta. No obstante, han tenido que reconocer que ha habido un esfuerzo desde el Ministerio de Sanidad por mejorar la calidad gráfica, por lo que se ha contado con “imágenes sublimemente claras”.
Aula de presentación del MIR en la convocatoria 2015-2016.
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En cuanto a los temas evaluados, los candidatos coinciden en que había dos tipos de preguntas: unas “excesivamente fáciles para quienes han venido estudiando las teorías durante los últimos meses y otras que, por el contrario, requerían de una mayor interpretación de casos clínicos”.
En cualquier caso, todos los aspirantes se han visto sorprendidos por la disminución de los casos de estadísticas (aproximadamente un par de preguntas), así como por un aumento considerable de preguntas de un carácter más social, donde se abordaban aspectos como el manejo del paciente o, incluso, el uso de las redes sociales en la relación médico-paciente.
La eliminación de un distractor ha sido ampliamente agradecido. Los titulados han asegurado que, así como se estimaba, han ahorrado aproximadamente unos 15 minutos en la resolución de la prueba, al reducir el tiempo de lectura. Sin embargo, no consideran que ayude a reducir la dificultad de la evaluación, sino a pasar por alto la opción que, tradicionalmente, eran desechadas a primeras.
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