Más de la mitad de los MIR califican la
relación con su tutor de mala o muy mala. Esta es una de las conclusiones de un informe que ha elaborado el
sindicato CSIF sobre MIR y EIR basándose en una encuesta realizada entre residentes a nivel nacional.
Estos datos encuentran diferencias según las especialidades que se tengan en cuenta, puesto que cada una tiene sus propias características. "Medicina de Familia, por ejemplo, es donde más relación hay con el tutor poque hay una supervisión directa , tiene un programa muy estructurado, con muchos cursos y definiciones muy claras de objetivos que deben cumplirse. El porcentaje en Familia es mínimo, pero eso hace que todo el porcentaje baje, puesto que el
número de residentes de familia es máximo", explica
Francisco Toquero, Asesor Sindical y Profesional del MIR de CSIF a
Redacción Médica.
Los residentes de Urgencias son los que han declarado estar más insatisfechos por la relación con su tutor
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Es decir, si el porcentaje de quienes señalan que su relación con el tutor es mala es del 40 por ciento, puede dar lugar a pensar que no es tan elevado, pero hay que tener en cuenta que en el de
Familia hay un 90 por ciento de ellos -que son mucho más numerosos- que aseguran
tener una buena relación. "Hay servicios muy pequeñitos donde la relación con el tutor es buena, que es donde hay un residente o dos, como Cirugía Cardiotorácica o Plástica, y luego servicios intermedios con 15 o 20 residentes donde se cumplen menos los objetivos porque están en comarcales o lugares donde la
carga asistencial es tan fuerte que no pueden llevar a cabo el programa", defiende Toquero.
Diferentes tutores
Esta relación profesional con el tutor es mejor o peor dependiendo del propio supervisor de la especialidad donde se encuentre, puesto que
los hay más propensos a implicarse en la formación y los hay que no lo son tanto. Además, influyen las condiciones de trabajo. Según Toquero, las unidades docentes que funcionan a la maravilla son precisamente las que la gente da más de lado, como
Familia. En
Ginecología o Medicina Interna, que son numerosas, el residente es un "mero médico más al que se está formando pero no se supervisa tanto para que haga las cosas bien".
Diferente es la situación en las especialidades quirúrgicas, donde "sí o sí te tiene que supervisar el tutor". De hecho, es donde
más alto es el porcentaje de satisfacción en la relación con el tutor, puesto que son más técnicas y los conceptos tienen que ser transmitidos por el supervisor y asumidos por el residente.
"En las más abiertas la supervisión queda más al margen, depende más de tu actitud y aptitud. Si el tutor es un internista, te enseñará, pero tú tienes que tener capacidades para aprender y luego vincularte, no es lo mismo que si el cirujano tiene al residente a su derecha y le enseña
in situ una técnica", diferencia Toquero.
Urgencias, poco satisfechos
Según la encuesta de CSIF, los residentes de Urgencias son los más insatisfechos, un resultado que Toquero explica por la
enorme carga asistencial y el escaso descanso y tiempo para dedicar a la formación. "Es donde se aprende una auténtica Medicina de campaña. Al final estás tan preocupado de sacar las cosas adelante que no tienes tiempo de la supervisión hacia los MIR", argumenta el responsable de CSIF.
En su opinión, la falta de implicación del tutor que reportan los residentes no se debe a su desinterés o pasividad, sino que simplemente
su actividad no le deja entregarse a ello. Además, reclaman que esta labor se reconozca de alguna manera. "El tutor tiene un compromiso especial que el sistema sanitario debería compensar, no solo en baremo científico sino también económicamente o en otro tipo de compensación que sería necesario negociar", sentencia.
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