Este pasado sábado, 3 de febrero, el
Grupo CTO ha celebrado un
simulacro que se ha desarrollado de forma simulatanea en 18 sedes universitarias distribuidas por toda la geografía española. Sedes que una semana después acogerán la prueba real del examen
MIR y EIR, así como el resto de pruebas que componen la
Formación Sanitaria Especializada. Precisamente, en el campus de la
Universidad Complutense de Madrid se han dado cita más de 2.000 alumnos.
La prueba que se celebró es totalmente idéntica a la que harán el
próximo 10 de febrero, por lo que los alumnos han tenido que respetar las normas de la prueba, como la puntualidad exigida, aportar su documento de identidad para poder entrar en el aula asignada para su examen o
pedir permiso y ser acompañado con un responsable para acudir al servicio.
A pesar de ser un simulacro, durante la celebración del mismo se palpo que los alumnos presentaban un evidente estado de nervios. Si bien lo que se persigue con este ensayo es
evitar errores que no tendrán solución el día del examen real, tal como llegar tarde o no portar la documentación que les será requerida, lo que supone no poder realizar la prueba y tener que esperar a la
próxima convocatoria.
Para lograr el objetivo deseado, se ha cuidado hasta el más mínimo detalle. La plantilla es igual que la que repartirá el
Ministerio de Sanidad el próximo sábado; se exponen los listados con el nombre de los alumnos y el aula asignada; se pasa lista; y se comprueba su documento de identidad. El objetivo que se pretende es que los alumnos se familiaricen con el modelo y no comentan fallos, sobre todo a la hora de
pasar las respuestas del cuadernillo a la hoja de respuestas, facilitándoles la organización y el cálculo de tiempo.
Otra medida que también se lleva a efecto es la de no permitir que se salga de las aulas ni durante la primera hora ni la última media hora, estando prohibido también el uso de calculadoras y teléfonos móviles. Sobre la mesa solo podrán tener el documento de
identidad, bolígrafos y algo para comer y beber.
Con estas medidas se pretende que los alumnos vivan el examen antes de tiempo, y puedan así prepararse psicológicamente para lo que será la prueba final, a la que podrán llegar más confiados conociendo de antemano los tiempos de desplazamiento, el transporte público que podrán utilizar, y
sabrán que están plenamente preparados para afrontar esta prueba, con el objetivo final de conseguir el resultado necesario que les permita poder escoger su especialidad.
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