Los consejos e indicaciones entre residentes pueden suponer una fuente de conocimiento, pero existen también dogmas falsos que se transmiten entre generaciones por el ‘boca a boca’ y que se enquistan en el imaginario colectivo del
MIR. En la mayoría de las ocasiones, por mero desconocimiento: “Hoy mismo me decía una compañera si tenía que recuperar las
guardias que había dejado de hacer en sus vacaciones”, explica una joven en formación que asegura que este tipo de dudas no constituyen un hecho aislado. El problema, resume, es sencillo: “Los MIR llegan al hospital sin ser
conscientes de sus derechos ni sus deberes”.
“Salvo que te interese el tema y lo investigues tú mismo o busques algún asesoramiento legal o jurídico, entras a la residencia sin prácticamente ningún conocimiento de tus derechos”, concede
Álex Marcelles, residente de cuarto año de Medicina Interna en el
Hospital Clínico San Carlos, que reconoce que hay “mucho comentario de pasillo” que puede confundir no solo a los menos precavidos.
“Son cosas como ‘a mí me han dicho que esto es así, que el número de guardias que tengo que hacer es este’ y como que hay ciertos cánones que la gente cree como dogmas y que
muchas veces de boca en boca”, lamenta el joven, quien integra la Asociación de Médicos y Titutlados Superiores de Madrid (Amyts).
“El problema es que hay algunos ámbitos en los que no tenemos claro qué debemos hacer o qué está bien”, asume
Gabriella Manzanares, residente de tercer año en el Hospital Gregorio Marañón (y también miembro del comité de empresa), quien apunta que “tampoco se dice
dónde se pueden informar los MIR de todo eso”.
“Si tuviéramos más información, seguramente tendríamos aún más dudas”, ironiza la propia Manzanares, quien coincide en que los asuntos relativos a las guardias y las libranzas son algunos de los que más “preocupan” a los residentes. “Pero si un
residente mayor dice una cosa y no es así, ese error se extiende”, apunta.
Otra residente que prefiere guardar el anonimato recuerda que tanto a ella como a sus compañeros les dieron un pendrive que incluía la resolución del
Boletín Oficial del Estado (BOE) sobre la
regulación de la formación MIR. “Creo que fue la única que me lo leí, mis compañeros empezaron sin tener ni idea”, afirma.
Mayores dudas laborales de los MIR
El abanico de dudas a los que se enfrenta un MIR al iniciar su formación es amplio, pues abarca
libranzas, nóminas, guardias… e incluso aspectos tan delicados como si un residente puede o no
pasar consulta sin la presencia de un adjunto o tutor. “Un R1 legalmente no puede dar el alta a pacientes sin estar supervisado, y las primeras guardias muchos lo hacen sin saber que les pueden acarrear problemas serios a nivel legal”, desliza esta última
MIR, quien asegura que llegó a ser “señalada” por negarse a hacerlo. “Después lo pusimos en común y llegamos a un punto en el que todos hiciéramos lo mismo y dentro de la legalidad”, apunta.
La mayoría de las consultas, en cualquier caso, son más ‘mundanas’. “Si se puede librar una
guardia de pre-festivo, si me corresponde un día o no —relata Marcelles—. Y también otras como el concepto de las nóminas, cuánto les corresponde por cada guardia y demás”.
“Los MIR no son plantilla”
“El conocimiento es poder, y si no lo tienes, se pueden aprovechar de ti”, resume
Sheila Justo, vicesecretaria de la
Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts), quien asegura que recibe a diario llamadas de jóvenes con dudas sobre cuáles son los límites de su competencia. En este sentido, incide en que los residentes no forman parte de las plantillas de los centros. “Su objetivo es tener contratación como especialista. Parecen plantilla, pero no lo son”, concluye.
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