Medicina Legal es una de las especialidades que más rápido se ha agotado en la
adjudicación de plazas MIR 2023. Debutó en la pasada edición de la
Formación Sanitaria Especializada (FSE) y ha entregado sus ocho únicas plazas en tiempo récord, bajando casi 2.000 números respecto al 2022 y cerrando la adjudicación con el número 3.231. ¿Qué ha llevado a los futuros residentes a decidirse por esta formación que comparte título de favorita con las tradicionales Dermatología, Cardiología o Cirugía Plástica?
María Ruiz, R1 de
Medicina Legal y Forense en Valencia, lo tiene claro: "Hay calidad de vida". La facultativa, que se hizo con la segunda plaza en la historia de esta especialidad para el
Hospital La Fe (Valencia), asegura a
Redacción Médica que no existe esa 'dependencia' de los residentes. "Soy la única en este Servicio, por tanto no hay un sistema establecido 'residentedependiente' como pasa en muchos hospitales. Esto me permite hacer una cantidad de guardias al mes que es razonable. Hago unas cuatro, mientras que amigos míos de, por ejemplo
Ginecología, hacen siete al mes".
Además, confiesa que sus turnos de guardia son más tranquilos porque no tiene un "volumen de pacientes descontrolado en el que no puedes parar ni un segundo, como pasa, por ejemplo, en
Urgencias". Pero no es su único punto fuerte. Ruiz apunta que entre sus beneficios también está la posibilidades de empleo futuro. "Las bolsas de forense están vacías, por lo que hay muchas oportunidades".
Medicina Legal y Forense: una especialidad variada
Los atractivos de esta especialidad van más allá de la organización con los turnos de trabajo. "Es una especialidad muy variada que permite rotar por muchos Servicios. En este tiempo ya he pasado por
seis o siete especialidades entre los que se incluyen: Traumatología, Pediatría, Medicina de Familia, Radiología, Anatomía Patológica... la formación es muy amplia". Lejos de la creencia general de que solo se trata con cadáveres, cuestión sobre la que confiesa recibe más de una broma, lo cierto es que "gran parte de su trabajo versa en torno a la
valoración del daño corporal y en reconocimientos psiquiátricos en relación con procesos judiciales", motivo por el que sus rotaciones son tan numerosas.
"No es como el 'CSI' donde todos son muy guapos y obtienen
pruebas concluyentes con una facilidad pasmosa y muchas veces con
tecnología que ni existe. Pero sí que es parte de la labor del forense los levantamientos de cadáver, las agresiones sexuales, las autopsias, análisis de muestras de ADN y de tóxicos en relación con procesos judiciales...", explica.
Problemas de ser una especialidad nueva
Es precisamente esa amplitud de formación la que cautivó a Ruiz, que obtuvo el número 686 del MIR 2022, para decantarse por esta especialidad 'novata', renunciando a la
Psiquiatría que siempre fue su primera opción. El balance, un año después, es positivo, pese a "pequeños fallos organizativos o las dificultades que entrañó el
cambio en el itineraio formativo" que el Gobierno introdujo a finales de 2022.
Por todo ello, cree que "es normal que se haya agotado más rápido que el año pasado. Al ser nueva, en 2022 había muchas dudas, que a mí no me influyeron, pero entiendo que hubiera médicos a los que le diera vértigo. Pero este año que ya hay un precedente y unos
residentes con los que consultar, es normal que se hayan adjudicado en menor tiempo. Seguro que si amplian las plazas se seguirá agotando rápido".
A los futuros
residentes, los que ahora comienzan a preparar el
MIR 2024, les recomienda esta especialidad si realmente les gusta. "Es un campo en el que se ven cosas muy desagradables, por ello es algo que te tiene que gustar", subraya.
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